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WASHINGTON, EU.- El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) aprobó ayer una resolución en la que autoriza el despliegue de más de 17 mil cascos azules en la región sudanesa de Dafur, una medida a la que se opone el Gobierno de Jartum.
La resolución fue aprobada con 12 votos a favor y las abstenciones de Rusia, China y Qatar.
No obstante, el contingente militar no se desplegará hasta que no se obtenga el visto bueno del Gobierno sudanés, al que se invitó a negociar y que rechazó de nuevo el contenido de la resolución.
Para ello, se ha fijado una reunión de alto nivel en la sede de la ONU para el próximo ocho de septiembre en el que participarán representantes del Gobierno sudanés, de la Conferencia Islámica y la Unión Africana.
Con esta resolución se espera que se añada presión a Jartum para que acepte el envío de la nueva fuerza.
El Gobierno de Jartum -que ha prometido el envío de diez mil soldados a la región- se opone a la presencia de esta nueva fuerza a la que ha calificado de “neocolonialista”.
El principal objetivo es reemplazar la actual fuerza militar sobre el terreno formada por la Unión Africana (UA) con siete mil efectivos, cuyo mandato acaba el 30 de septiembre, y que no ha podido frenar la situación de violencia en la región sudanesa de Dafur.
REFUERZAN MISIÓN DE PAZ
La resolución ordena el refuerzo de la Misión de Naciones Unidas en Sudán (UNMIS) con un máximo de 17 mil 300 soldados más tres mil 300 policías civiles, y cuyo despliegue se hará bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas que autoriza el uso de la fuerza.
En la actualidad, la ONU tiene un contingente militar compuesto por 12 mil sodados.
La principal tarea de la nueva fuerza será ayudar a la implementación del Acuerdo de Paz de Darfur, firmado por el Gobierno de Jartum y el principal grupo rebelde en mayo pasado.
La nueva misión deberá comenzar a desplegarse el primero de octubre, transición que deberá estar completada antes del 31 de diciembre de 2006.
Entre las funciones fijadas en la texto, impulsado por Estados Unidos y Reino Unido, destacan las de monitorear y verificar el cumplimiento de alto el fuego por razones humanitarias contemplado en los Acuerdos de Paz.
También vigilar las actividades transfronterizas de los grupos armados a lo largo de las fronteras de Sudán con Chad y la República Centroafricana, prestar asistencia a la elaboración y ejecución de un programa de desarme y reintegración de los ex combatientes.
Asimismo, ayudará a la preparación y celebración de los referendos previstos en los Acuerdos de Paz, promover el imperio de la Ley, facilitar el regreso de los desplazados, y promover el respeto de los derechos humanos en Dafur.