La FIFA probablemente esté arrepentida de haber ordenado a los árbitros que actuasen con rigidez en la Copa Mundial.
Un día después de que el propio presidente de la FIFA Joseph Blatter criticara al ruso Valentín Ivanov, que había mostrado 16 tarjetas amarillas y cuatro rojas, el español Luis Medina Cantalejo dio la nota ayer con un par de fallos dudosos, que marcaron el rumbo del partido Italia-Australia.
BERLÍN, ALEMANIA
AP
Primero expulsó al italiano Marco Materazzi por una infracción que no pareció tan grave, sin que el defensor tuviese una amonestación previa. Y en los segundos finales del encuentro concedió un penal para la polémica que le dio a Italia una victoria por 1-0.
Fabio Grosso cayó dentro del área y el silbato español consideró que había sido derribado por el defensor Lucas Neill, quien había pasado de largo ante un enganche del italiano. Sin embargo, dio la impresión de que Grosso se llevó por delante a Neill y que no hubo falta alguna.
Francesco Totti anotó el penal y puso a Italia en los cuartos de final.
Medina Cantalejo amonestó a seis jugadores y expulsó a uno, con lo que luego de 53 partidos hay 297 tarjetas amarillas y 24 rojas. Alemania 06 ya ha fijado récords en ambas categorías.
El viejo récord de amarillas eran las 272 del 2002, mientras que el de rojas eran las 22 de 1998.
Blatter dijo el domingo que Ivanov no supo encarrilar el partido Portugal-Holanda, un duelo con bastantes roces físicos, y terminó mostrando tarjetas a diestra y siniestra.
El director de comunicaciones de la FIFA, Markus Siegler, negó que los árbitros estén mostrando tantas tarjetas como reflejo de instrucciones que recibieron del organismo.
Cuando se le preguntó cómo se explicaba que hubiese tantas tarjetas, teniendo en cuenta que en términos generales el juego había sido limpio, Siegler respondió que esa lógica está equivocada. "Se podría decir que si los árbitros no estuviesen tan activos, habría habido más juego sucio", afirmó.