Patricia quiería abandonar a su pareja, Jesús, porque ya no soportaba la adicción de este a las drogas
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Patricia tenía diez años con su pareja y tres hijos, en el ejido San Felipe, pero ya no quería seguir con él por la fuerte adicción de éste a la marihuana y él decidió matarla primero y luego se fue a esperar al tren carguero y se atravesó. Ahí murió también con el cuerpo partido en dos.
El agente investigador del Ministerio Público de Delitos contra la Vida y la Salud Personal, Aurelio Urbina Suárez, informa que los occisos llevaban por nombre Patricia Padilla Cuevas, de 26 años y Jesús Lozano Hernández, de 30, ambos vecinos de San Felipe, perteneciente a este municipio.
A las 8:00 horas de ayer, se recibió el aviso en la Subprocuraduría de Justicia, sobre el cuerpo de un hombre en las vías del tren, a donde acudió el agente del Ministerio Público y peritos de la Policía Ministerial.
El cuerpo de Jesús quedó partido a la altura del abdomen, así como con fracturas en diversas partes, lo que hace suponer que se arrojó al paso de la máquina. Las autoridades se llevaron el cuerpo a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo).
Poco más tarde, al filo de las 10:40 horas, el agente del Ministerio Público recibió un aviso más, ahora de una mujer muerta en forma violenta y que se encontraba en el interior de su casa, en el mismo poblado San Felipe.
Al llegar las autoridades encontraron el cuerpo de Patricia con manchas de sangre en la blusa y el pantalón, por lo que se presumió en primera instancia que la habían asesinado con un cuchillo que estaba a un lado de la mujer.
El descubrimiento del cadáver de Patricia lo hizo una vecina y amiga, de nombre Leticia de Santiago, quien fue a buscarla para averiguar si estaba enferma, dado que no se había presentado a su trabajo en una maquiladora, donde trabaja también el esposo de Leticia, quien fue el que le informó de la falta de Patricia.
Al entrar a la casa, Leticia vio manchas de sangre en el piso y alcanzó a ver a su vecina a un lado de la cama, por lo cual salió de prisa y dio aviso a la Policía Municipal y a los familiares de la occisa, quienes llegaron a la casa y descubrieron que estaba muerta.
Familiares de Patricia manifestaron que tenía tres hijos: María Guadalupe, de diez años, Joan, de siete y Jennifer, de seis años de edad, quienes la noche del jueves habían sido llevados por sus padres a casa de un hermano de Jesús.
La vecina y familiares de Patricia coinciden en que la occisa ya no quería seguir al lado de Jesús, quien era adicto a la marihuana y debido a ello en ocasiones discutían.
El cadáver de la mujer fue trasladado al anfiteatro del Servicio Médico Forense (Semefo), donde se encontraba ya el de su esposo y ahí volvieron a reunirse, aunque ya sin vida.
El resultado de la necropsia arroja que Patricia murió de asfixia por ahorcamiento y las manchas de sangre en su ropa, hacen suponer a las autoridades que ella intentaba ponerse a salvo y sufrió algunas heridas en las manos al protegerse del cuchillo que había tomado su esposo para matarla, quien al final decidió ahorcarla y luego morir bajo las ruedas del tren.
Estupefacientes
Una vez más, enfatiza el médico forense de la Subprocuraduría de Justicia de la Región Laguna Durango, Armando Castillo González, las drogas están presentes en hechos violentos que esta vez acabaron con la vida de dos personas, una de ellas inocente.
En la gran mayoría de muertes violentas, dice, está de por medio el alcohol u otro tipo de drogas, lo que debe alertar a las autoridades de los tres niveles de Gobierno para que hagan algo al respecto.
Por una o dos personas que se rehabilitan de las drogas, añade, hay decenas o cientos de jóvenes que se vuelven adictos.
