EFE
México, DF.- En la conquista del espacio existe un selecto grupo de iberoamericanos que han abierto brecha. Se trata de figuras ?históricas? como el cubano Arnaldo Tamayo Méndez, primer astronauta hispano, y Rodolfo Neri Vela, primero y único de México, quien viajó al espacio en el Atlantis en 1985.
Han seguido la senda espacial Michael López Alegría, Pedro Duque (ambos nacidos en España), Ellen Ochoa (nacida en Estados Unidos, de ascendencia mexicana), Franklin Chang-Díaz (Costa Rica), Carlos Noriega (Perú) y Marcos Pontes (Brasil).
Ahora, José Moreno Hernández y John Danny Olivas, los dos de origen mexicano, se perfilan como los nuevos hispanos que darán el salto al espacio.
La historia de José Moreno Hernández es como la de muchas familias de inmigrantes. En su caso, mientras ayudaba a sus padres a recoger las cosechas de frutas y verduras en California, ya soñaba con ser miembro de la tripulación de una nave espacial.
?Recuerdo haber visto las imágenes de los astronautas del Apolo brincando y jugando en la Luna?, dijo Hernández, que ya desde ese entonces quería ser uno de ellos.
Pero su motivación principal vino cuando, siendo un estudiante de secundaria, escuchó que el costarricense Franklin Chang-Díaz había sido seleccionado para ser astronauta.
Hoy, a los 44 años, Hernández forma parte de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA) y ha sido seleccionado para comenzar su entrenamiento como especialista en misión, como parte de la clase de 2004 para ser astronauta.
Nacido en French Camp, California, el aspirante a astronauta aprendió a hablar inglés hasta los 12 años debido al carácter temporal del trabajo de sus padres. Después estudió secundaria en la ciudad californiana de Stockton y en 1984 completó la carrera de ingeniero eléctrico en la Universidad del Pacífico.
Obtuvo una maestría en Ingeniería en Sistemas de Computadoras de la Universidad de California, en Santa Bárbara, en 1986.
Hernández comenzó a trabajar en el centro espacial Johnson, en Houston (Texas), en 2001, y este año completó la fase de entrenamiento intensivo en sistemas de operaciones para el transbordador y la Estación Espacial Internacional.
Actualmente es miembro del equipo de preparación de los transbordadores previo a los lanzamientos en el centro espacial Kennedy, en Florida.
Olivas, en la
construcción del futuro
John Danny Olivas espera ahora convertirse en uno de los pocos privilegiados en realizar una caminata espacial.
Para Olivas, cuyos abuelos llegaron desde Chihuahua, México, a comienzos de siglo, esa experiencia constituirá una ?demostración de que nosotros los hispanos también podemos aportar nuestro grano de arena a la exploración espacial?.
De 40 años, Olivas será uno de los dos astronautas del transbordador Atlantis que en febrero de 2007 realicen una serie de caminatas en la continuación de los trabajos para completar la construcción de la Estación Espacial Internacional (EEI).
Especialista de la NASA desde 1998, Olivas recogerá en esa tarea algunos de los paneles solares de la EEI y completará las conexiones de los sistemas de energía del complejo que orbita la Tierra a unos 400 kilómetros de altura.
Padre de cinco hijos que se estrena para las actividades extravehiculares (EVA) desde 2002, Olivas está convencido de sus objetivos: ?Cuando venimos a este trabajo sabemos que es peligroso. Su objetivo es más grande que una persona. Lo que hacemos es por toda la gente del mundo y si me preguntas si vale la pena yo te digo que sí?, afirma.