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Ciajordania.- Helicópteros de guerra “Apache” israelíes atacaron ayer con un misil aire-tierra una herrería en la ciudad de Gaza, donde según el Ejército los militantes palestinos fabricaban cohetes que lanzan contra Israel, informaron testigos presenciales.
Las fuentes precisaron que el misil hizo blanco en la herrería, ubicada en el barrio de Zaytoon, al sur de la ciudad de Gaza, y que causó graves daños materiales en el inmueble, pero que no se tenía noticias de que hubiera provocado heridos.
Según la versión de la Policía el blanco del ataque fue un edificio vacío que aparentemente era utilizado por los militantes como almacén de armas de fabricación casera.
Las Fuerzas de Seguridad también confirmaron que el ataque causó destrozos en el edificio y que no existía información de que hubiera provocado heridos.
Saraya al Quds, el brazo armado de la Yihad Islámica, reaccionó al ataque asegurando que su almacén de armamento no había sido alcanzado por ningún misil israelí.
El ataque israelí contra la herrería fue precedido por otro ataque aéreo contra un vehículo en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza, en el que resultó muerto un miliciano palestino y otros cuatro resultaron heridos.
Fuentes de seguridad palestina afirmaron que en el vehículo viajaban militantes del grupo de resistencia islámico Hamas, y que el desvío del misil de su objetivo dio tiempo a los milicianos a salir del vehículo antes que otro proyectil se impactara sobre él.
También ayer, cuatro miembros de las Brigadas de los Mártires de al Aqsa, brazo armado de Al Fatah, resultaron heridos en otro ataque con misiles lanzado por aviones de guerra israelíes.
Todos estos ataques tienen lugar en el marco de la ofensiva militar que el Ejército israelí lanzó en Gaza, en respuesta a la captura por parte de milicianos palestinos del soldado, Guilad Shalit, el pasado 25 de junio.
La operación armada ha causado hasta ahora la muerte de más de setenta palestinos, la mayoría de ellos en los últimos tres días.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, declaró ayer que no puede imponer una fecha límite a la ofensiva armada. “Esto es una guerra a la que no se le puede imponer un calendario”, dijo Olmert en una reunión del consejo de ministros