El coeficiente intelectual medio de los niños chinos ha crecido en la última década y ahora el riesgo de deficiencia mental causada por la falta de yodo, que ha afectado a los chinos durante siglos, es más bajo que nunca.
Pekín, (EFE).- El coeficiente intelectual de los niños chinos experimentó en los últimos tres años un crecimiento de 3.5 puntos debido, entre otros factores, al aumento de yodo en la dieta, publicó la agencia Xinhua.
Los programas del Gobierno para promover el consumo de sal yodada, que comenzaron en 1995, han empezado recientemente a ver sus frutos, con un descenso del 5 por ciento en las tasa de niños con bocio, enfermedad que aumenta el tamaño de las glándulas tiroideas.
"El coeficiente intelectual medio de los niños chinos ha crecido en la última década y ahora el riesgo de deficiencia mental causada por la falta de yodo, que ha afectado a los chinos durante siglos, es más bajo que nunca", según el viceministro de Sanidad, Wang Longde.
Un estudio llevado a cabo en 11 provincias en 2002 cifró el coeficiente intelectual medio de los niños en 100, que aumentó hasta 103.5 en 2005 debido, según Wang, a la promoción de la sal yodada, a la que todavía no tienen acceso entre el 5 y el 10 por ciento de la población.
Unas 720 millones de personas viven en regiones con déficit de yodo en el oeste y centro de China como Tíbet, Xinjiang y Qinghai, y aún sufren las consecuencias de su falta en la dieta, que provoca la pérdida de entre un 10 y un 15 por ciento de capacidad intelectual, según un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Wang apeló a los Gobiernos locales para que desempeñen un papel activo en la promoción del consumo de sal yodada, cuya distribución se ve obstaculizada por la precariedad de las infraestructuras.
Además, los residentes de esas regiones prefieren utilizar sal cruda en lugar de yodada para cocinar, debido, en gran parte, a la desinformación.