El problema persiste en los países pobres; de un millón de gestaciones, 30 mil son menores de 15 años
El Siglo de Durango
EL ORO, DGO.- Alrededor de tres casos de embarazos en adolescentes de entre 14 y 16 años registra el Hospital General de Santa María del Oro, siendo una de las causas principales la falta de información en el medio rural, en donde se concentra la mitad de la población del municipio.
Pedro Amaya García, médico ginecólogo del nosocomio, manifestó que la pobreza y marginación son factores que influyen directamente en el embarazo prematuro de la mujer, ya que traen consigo la ignorancia que a su vez genera la idea de que el sexo femenino tiene como función principal la procreación.
El hecho de concebir a temprana edad trae riesgos, ya que el cuerpo de las adolescentes no siempre está preparado para el proceso de gestación, sobre todo cuando hay mala alimentación, situación que pone en riesgo la vida de la madre y el hijo.
La minoría de edad es una causa por la cual se presentan las complicaciones en el parto y deficiencias en los bebés, ya que la edad óptima para el embarazo oscila entre los 20 y los 35 años, enfatizó el galeno.
Amaya García dijo que el embarazo en la adolescencia tiene más desventajas que ventajas en lo general, ya que puede traer problemas familiares, hijos no deseados y dificultades en la pareja al no estar preparados para traer un nuevo ser al mundo, inconvenientes en los que generalmente la mujer es la más perjudicada.
La cultura del medio rural, que prevalece en algunas familias de la cabecera y las otras 38 localidades, es determinante para que se presente el embarazo en adolescentes, ya que los temas de sexualidad no son tocados en el seno del hogar.
Esto propicia que los pubertos tengan que descubrir la sexualidad por sí mismos, sin ningún tipo de instrucción, propiciando embarazos no deseados y enfermedades de trasmisión sexual debido a la falta de protección y desconocimiento.
Los Servicios de Salud realizan campañas de planificación y prevención de enfermedades de trasmisión sexual en las que se advierte sobre las consecuencias de iniciar la sexualidad desde temprana edad, tener relaciones sin protección, además de otras dificultades causadas por la ignorancia.
Por otra parte, indicó Pedro Amaya que en la adolescencia hay tres etapas: la inicial media y tardía, siendo la segunda la edad en la que se comienzan a dar casos de embarazos precoces; en este contexto, dijo que no hay casos registrados en el presente año de menores de 13 años.
Hablando en el ámbito mundial, cada año, más de un millón de adolescentes se embarazan; 30 mil son menores de 15 años y en su mayoría son embarazos no planeados, dato que indica la falta de preparación de los adolescentes para tener una vida sexual activa y enfrentar los riesgos que esto conlleva.
Rechazo injusto
Pedro Amaya García platicó que en la profesión de médico ginecólogo ha observado el rechazo del que son objeto las jovencitas encintas por parte de su familia y en ocasiones hasta de su pareja, como si ellas fueran las únicas culpables de la situación en que se encuentran.
Se han presentado casos de muchachas que llegan al hospital solas, sin el apoyo de su madre o familiares cercanos, mucho menos del padre del hijo que se está gestando, pues son los primeros que se desentienden de su responsabilidad.
Es así como se genera otra dificultad, siendo la mujer la única que se hace responsable de sus hijos, por lo que tiene que cumplir un doble papel, de ahí que se le conoce como madre soltera, grupo que se ha incrementado en últimos años en el medio rural.