Durango

Aumentan los delitos causados por adictos

Se incrementan los hechos delictivos que involucran a personas bajo efectos de las drogas; el 80 por ciento de los jóvenes internos en el Centro de Observación y Orientación para Menores Infractores (COOMI) tienen problemas de adicción, informó la directora de dicha institución, Gabriela Avelar Villegas.

El ?cristal? es la droga de mayor consumo entre los menores, además de que es una de las mas baratas, añadió la Directora del Centro, ya que hasta con 30 pesos se puede conseguir el estupefaciente, situación que consideró alarmante, pues se han registrado casos de consumo de niños hasta de ocho años.

Éste ha sido un problema serio señalado por los Centros de Integración Juvenil debido a que la droga es muy venenosa; incluso, aseguran que contiene raticida. Además, dicha enfermedad es altamente adictiva y difícil y causa severos daños en el cerebro desde la primera vez de su consumo; y a consecuencia de éste, se comete regularmente el delito de robo para poder satisfacer la necesidad de droga, aseguró Avelar Villegas.

La entrevistada comentó que cuando a los menores internos se les detecta un problema de adicción, se canalizan con un psiquiatra para que los valore y les prescriba medicamento controlado, porque presentan el síndrome de abstinencia y eso puede ser muy peligroso si no se atiende, por lo que ingresan al programa de adicciones con una terapia individual y grupal.

Destacó que a los jóvenes se les da una rehabilitación personalizada e individual, integrándoseles un expediente por área, para que se comenten avances por el consejo multidisciplinario, conformado por las ramas de Psicología, Psiquiatría, Trabajo Social, Medicina y los directivos del Centro.

Agregó que cando el menor está demostrando problemas en un área, las demás se enfocan sólo a esa para atenderlo y canalizarlo, ver otro tipo de tratamiento y valorarlo en quince días más.

ROBO, DELITO CON

MAYOR INCIDENCIA

El problema radica que cuando los menores salen del Centro y regresan al mismo ambiente hostil de la familia, de la colonia y amistades, ocasiona que vuelvan a reincidir, porque el medio al que se reintegran no es el adecuado.

Una de las medidas preventivas que se han llevado a cabo consiste en enviar un reporte a la Secretaría de Seguridad Pública, para que a través del Programa Prevención del Delito, donde se detectan las áreas de mayor reincidencia de infracciones por menores, se cuente con mayor vigilancia.

Sergio Domínguez Bayona, subdirector del Centro, asegura que las penas que se aplican son de acuerdo con lo que recomiende el Consejo Tutelar, porque no hay Código de Procedimientos o Código Penal que abarque a los menores infractores, sino que según las condiciones del joven y los resultados que arrojen los estudios a cargo del comité multidisciplinario es que se valoran las circunstancias en que se encontraba cuando se cometió el delito, siendo el presidente y el consejo en pleno quienes determinen la sentencia, tomando en cuenta las condiciones del seno familiar.

Domíguez Bayona admitió que algunos menores demuestran buena conducta, pero que por circunstancias o azares de la suerte decidieron involucrarse en un delito y que en muchas ocasiones son víctimas de adultos porque son utilizados para cometer ilícitos, ya sea del fuero común o federales.

Además, aseveró que a cada joven se le da seguimiento mediante reuniones interdisciplinarias donde se toman acuerdos por parte de maestros, custodios, psicólogos, trabajadores sociales, médico, psiquiatra y la Directora del Centro para decidir las acciones a seguir, para ver mejorías o retrasos; enfatizó que todo seguimiento es individual y no se estandariza.

Los internos están sujetos a revaloraciones del Consejo, quien determina si se aplaza o reduce su pena; dicho programa se aplica basándose en el desempeño en la escuela, participación en actividades del Centro y buena conducta; se califican acumulando puntos positivos para una preliberación o se pueden acumular puntos malos y retardar su salida, aclaró Sergio Domínguez.

NIÑOS CASI COMUNES

Y CORRIENTES

El Siglo de Durango platicó con dos menores infractores y por razones obvias se omitirán sus nombres; en lo sucesivo se les llamará ?Alejandra? y ?Sergio?.

Alejandra, una jovencita de 13 años de edad, que estudió hasta el segundo grado de primaria, gusta de escuchar música, cocinar, cantar, platicar y asegura que no le desagradan los quehaceres domésticos; es casi una niña común y corriente, pero cometió el delito de venta de drogas, y es ella quien narra que lo hacía desde los once años afuera de los bailes del pueblo donde ella vivía.

Esta acción la ejercía obligada por su padrastro (persona que le dijo que los estudios no sirven para nada y la dejó hasta el segundo año de primaria), y que actualmente está pagando una condena de un año en el COOMI, lugar donde dice sentirse cómoda, incluso mejor que en su casa.

Convencida de que no merece un trato desigual por parte de nadie, con una mirada llena de coraje, casi retadora, pero con un semblante lleno de inocencia, aseveró que quiere estudiar para ser abogada o veterinaria, aunque todavía no lo decide, pero que le gustaría cualquiera de las dos carreras porque en ambas puede ayudar, y advirtió: ?uno sin la escuela no es nada?.

Sergio, por su parte, cuenta con 11 años de edad, le gusta jugar futbol y basquetbol, cumple con las tareas que se le asignan, cursa el tercer año de primaria y purga una condena de cuatro meses por robo, aunque aseguró que no robó nada, no le creyeron, porque los compañeros que iban con él no dijeron nada... le echaron la culpa, y no niega su presencia durante el robo, pero reiteró que él no se dio cuenta de lo que sucedía.

Sergio destacó que, cumpliendo su condena, va a seguir portándose bien, que le gustaría trabajar en el campo, porque sabe pizcar y es trabajador.

Niño inquieto (como los de su edad), lleno de impotencia porque no pudo demostrar su inocencia, manifestó su desesperación por no estar en su casa haciendo una vida normal, cumpliendo con los trabajos domésticos, yendo a la escuela y jugando con sus amigos; refleja en su cara un descontento de quienes no pudieron ser honestos en sus declaraciones, por lo que de igual forma cumple con un castigo que terminará dentro de dos meses.

HERRAMIENTA

Reincidencia

Delitos más comunes por los que se castiga a menores infractores:

- Robo.

- Lesiones.

- Contra la salud.

- Violación.

FUENTE: COOMI.

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