EL SIGLO DE TORREÓN
Los malos hábitos de higiene, escasez de agua y la ingesta de comida callejara originan las enfermedades estomacales.
TORREÓN, COAH.- A consecuencia de los malos hábitos de higiene, la escasez de agua y la ingesta de comida callejera, los problemas gastrointestinales como las diarreas se han incrementado en un 20 por ciento, pues un promedio de 200 pacientes se atienden por este tipo de padecimientos en los diferentes centros y hospitales de la Jurisdicción Sanitaria VI.
Humberto Flores Muñoz, epidemiólogo de la Jurisdicción Sanitaria VI, dijo que al inicio de la temporada de calor se atendía un promedio de 180 personas por males gastrointestinales como las diarreas, pero la cifra aumentó a 200.
Las diarreas se caracterizan por el incremento en el número de evacuaciones de consistencia menos sólida que lo habitual y son provocadas por un virus, una bacteria o un parásito, por lo que recomendó el lavado de las manos en el manejo y preparación de los alimentos para evitar la propagación de la infección.
Es necesario, agregó, ingerir una abundante cantidad de líquidos, comer con toda normalidad, hacer uso del suero Vida Oral y evitar a toda costa la automedicación y exhortó a la población a mantener las medidas preventivas.
Incluso, el médico aseguró que el personal de los diferentes centros y hospitales de la Jurisdicción VI que abarca Matamoros, Viesca y Torreón, tiene instrucciones de repartir sobres de Vida Suero Oral, además de darles a las madres de familia información necesaria para detectar los síntomas de alarma en sus hijos, acciones que también están contempladas dentro de la Semana Nacional de Salud que se lleva a cabo.
Además de las diarreas, otros problemas que enfrentan los menores a consecuencia de las altas temperaturas es la deshidratación, que es una condición en la cual el cuerpo no tiene suficiente agua para funcionar correctamente.
El cuerpo del pequeño puede perder mucha agua cuando tiene diarrea, vomita o hace ejercicios por mucho tiempo sin haber bebido nada. Si el cuerpo no vuelve a reponer el agua que perdió, se pueden producir complicaciones: disminución del nivel de actividad, debilidad, desequilibrio de electrolitos y, en casos de deshidratación grave, la muerte.
Los bebés y niños son los que corren el mayor riesgo de deshidratación. Los pequeños enfermos se pueden deshidratar cuando no quieren beber porque se sienten mal, les duele el estómago o tienen fiebre.
Cuando la deshidratación es moderada, los niños podrán sentir la boca seca o pegajosa, orinar menos que lo acostumbrado, estar muy sedientos, pero cuando es severa los pequeños están menos alerta, tienen los ojos hundidos, orinan mucho menos y a veces nada y pierden peso.
Prevención
Algunas recomendaciones para prevenir las diarreas son:
Ingerir una abundante cantidad de líquidos.
Comer con toda normalidad.
Hacer uso del suero Vida Oral.
Evitar a toda costa la automedicación.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
