CRÓNICA URBANA
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Después de pasar años sin dormir de noche, de apenas descansar unas horas para volver a trabajar, don Sotero aún tiene fuerza para empacar bolsas con mandado en un centro comercial. Cuando era joven hizo de todo para mantener a sus ocho hijos: se desempeñó como velador, vigilante, lavó coches y hasta parchó llantas de bicicletas.
Ahora, a sus 66 años, don Sotero López Rojas llena bolsas y más bolsas con mandado. Así se gana la vida porque aún mantiene a su esposa, un hijo y a dos nietos. Y dice que seguirá trabajando hasta que Dios le diga: ?¡Hey, Sotero, hasta aquí llegaste!?.
- Me siento bien. Un día vi en un anuncio del DIF que iban a ocupar personas de la tercera edad y me apunté. Nunca imaginé que iba a trabajar de empacador porque por nuestra edad ya no nos quieren en ningún lado.
Don Sotero dice que hay muchos adultos mayores que aún deben mantener a sus familias, pues en ocasiones sus hijos mueren y deben hacerse cargo de los nietos. Sin embargo, agrega, en las empresas nadie los quiere contratar porque creen que están viejos y sin fuerzas.
- Pero todo depende del físico de cada quien, de cómo nos sintamos y cuidemos. El optimismo también cuenta porque hay personas que se sienten cohibidas, se achicopalan en lugar de buscar la forma de mantenerse saludables y activas.
A los adultos mayores, asegura don Sotero, les duele de todo un poco, desde los huesos hasta el corazón. ?A algunos las enfermedades nos llegan más fuertes y a otros no tanto. Gracias a Dios me siento con fuerza y salud para seguir trabajando?.
En las empresas, dice, ya no quieren contratar gente adulta, ?qué van a hacer con nosotros, van a desviejar el mundo o qué, entonces que mejor nos pongan una inyección letal. Nosotros tenemos derecho a trabajar, y me parece muy bien la oportunidad que nos dan en los centros comerciales porque nos sentimos útiles?.
Aunque la vida se le ha ido en trabajar, don Sotero se siente orgulloso y satisfecho por haber sacado adelante a sus ocho hijos. Comenta que uno de ellos se acaba de graduar como licenciado en Derecho, por lo tanto debe esforzarse más que nunca porque necesita unos diez mil pesos para comprarle el título.
-Siempre he buscado la forma de salir adelante. Nunca he esperado a que las cosas me caigan del cielo. Y voy a seguir trabajando hasta que me muera, hasta que Dios me grite ?¡Hey, Sotero, hasta aquí llegaste?, pero sólo hasta ese día.