En el actual periodo ordinario de la Cámara Baja los legisladores -en su mayoría- han “brillado” por su ausencia. A pesar que cada uno gana más de 69 mil pesos, el Pleno ha registrado un quórum de apenas la mitad de los diputados.
Ante la indiferencia de los legisladores por el trabajo para el cual fueron elegidos por la ciudadanía, los coordinadores parlamentarios buscan limitar las justificaciones y aumentar de uno hasta tres días el descuento de la dieta por ausencias.
Actualmente, la falta injustificada ocasiona un descuento de un día de dieta por dos mil 300 pesos y existen cuatro tipos de justificaciones: por viaje oficial, trabajo en comisiones, enfermedad o asunto personal.
Las tres principales fracciones parlamentarias acordaron internamente justificar hasta seis faltas seguidas para evitar que pidieran licencias y entraran los suplentes, acción que la Mesa Directiva quiere desaparecer para hacer que los legisladores que “andan en campaña”, en busca de otro cargo de elección popular, cumplan primero con la responsabilidad que tienen encomendada y asistan a las sesiones plenarias.
Para la mayoría de las personas que trabajan en este país es primordial no faltar al trabajo injustificadamente ya que se corre el riesgo de ser despedido, sin embargo, a los parlamentarios parece no preocuparles, porque están más ocupados en usar sus puestos como “trampolín político” o para satisfacer sus ambiciones personales o de grupo.
Por lo anterior, es urgente que la ciudadanía demande sanciones más severas para que todos los miembros del Congreso de la Unión cumplan cabalmente con el trabajo por el cual se les paga o si no, que elijan entre la campaña para alcanzar otro cargo de elección popular o su dieta y puesto legislativo.
