Australia hizo historia en su segunda participación mundialista al alcanzar de la mano del técnico holandés Guus Hiddink los octavos de final, un hito para el futbol oceánico.
La gesta, sin embargo, tuvo un sabor agridulce para los 'socceroos' que cayeron eliminados ante Italia en el último instante por un penalti dudoso a Fabio Grosso que transformó Francesco Totti.
BERLÍN, ALEMANIA| EFE
Los "aussies" plantaron cara a Italia, que jugó desde el minuto 50 con un hombre menos por la expulsión, con roja directa, del defensa central Marco Materazzi, pero les falló la esencia del fútbol, el gol, capítulo en que notaron la ausencia por lesión de una de sus estrellas, Harry Kewell.
"Fue muy feo" haberlo concedido en el último minuto, además de que en televisión se ve "muy claro que el penalti no existió", señaló el "holandés errante".
Australia se había clasificado por primera vez a una fase final de la Copa del Mundo hace 32 años, cuando quedó eliminada en el tramo clasificatorio del Mundial de 1974, celebrado en la entonces Alemania Occidental.
Bajo la dirección técnica de Hiddink, Australia ha ganado ocho partidos, empatado dos y perdido tres. La clasificación de Australia para octavos supuso el primer acceso a la segunda ronda de un selección de Oceanía.
Australia logró el pase a octavos después de ganar a Japón por 3-1, perder 2-0 con Brasil y empatar a dos goles con Croacia.
Hiddink, de 59 años, no pudo repetir la hazaña de 2002 cuando, al frente de la selección de Corea del Sur, eliminó a Italia en octavos.
Conocido como el "holandés errante" del futbol, Hiddink llevó con Australia las riendas de su tercera selección en un Mundial después de Holanda en 1998 y Corea del Sur.
Guss Hiddink se hizo cargo de los "socceroos" en julio de 2005 tras la marcha de Frank Farina.
La curiosidad es que Australia llegó al Mundial y se marchó de penalti, en ambos casos con el español Luis Medina Cantarejo como árbitro.