Viena (EFE).- El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, que revolucionó la forma de concebir al ser humano con sus teorías sobre el inconsciente y la represión sexual, es homenajeado a lo largo de 2006 con decenas de actos en Austria al cumplirse el próximo 6 de mayo los 150 años de su nacimiento.
El aniversario, en parte eclipsado por el Año Mozart, que también se celebra en 2006, sienta además a Austria en el diván al sacar a la superficie la contradictoria relación del país con uno de sus científicos más ilustres y con parte de su pasado más cercano.
"Freud (1856-1939) no nació en Austria, fue expulsado de Austria, y no murió en Austria. No tenemos ningún derecho a describirlo como un héroe austríaco", aseguró en la reciente presentación de los actos de homenaje Emil Brix, director de la sección de cultura del Ministerio de Exteriores.
Freud, médico y neurólogo judío -su nombre antes de cambiarlo era Sigismund Schlomo Freud- nació en Pribor (la antigua Freiberg, hoy en la República Checa) y murió en Londres en 1939 tras huir con su hija Anna de la ocupación nazi de Austria, dejando atrás a cuatro hermanas que fueron aniquiladas en campos de concentración.
La Viena que conoció Freud y donde comenzó a dar que hablar con sus "Estudios sobre la Histeria" en 1893, era la tercera ciudad más grande de Europa, tras Londres y París, y mostraba un fulgor intelectual y artístico sin parangón, que para muchos especialistas supone la eclosión de la modernidad.
Debido a la difusión mundial de sus teorías, el Ministerio austríaco de Exteriores ha puesto esta semana en marcha una página web (www.freud-institut.com) en la que se pueden seguir todos los actos, ciclos y exposiciones que se celebrarán en 2006, y que de Nueva York hasta Hanoi recorren todo el planeta.
El punto álgido de los homenajes tendrá lugar el día de su nacimiento, el 6 de mayo, con la apertura de un museo en su honor en Pribor y numerosos actos en todo el globo.
El Museo Sigmund Freud de Viena, localizado en su casa y consulta, en la ya célebre calle "Berggasse 19", inaugurará el 5 de mayo "El diván: sobre el pensar en posición horizontal", una muestra que tendrá como protagonista al mueble que simboliza el psicoanálisis.
Además, a partir de abril, bajo el título "Imágenes soñadas: Freud y el cine", la Filmoteca de Austria ofrece una retrospectiva de obras del séptimo arte que tratan sobre el psicoanálisis convertido en argumento del celuloide, con trabajos, entre muchos otros, de Woody Allen, Alfred Hitchcock y David Lynch.
Asimismo, el 5 de mayo, la víspera de la fecha de su nacimiento en 1856, en la Volksoper de Viena se estrena una interesante velada musical bajo el título de "Voz y enmudecimiento", que investigará sobre el silencio en obras musicales, desde Mozart, Richard Strauss, hasta el fallecido músico vanguardista John Cage.
También se prepara una exposición itinerante sobre artistas austríacos de la corriente "Art Brut", que buscan la espontaneidad y la introspección creativa.
En otoño se entrelazarán Mozart y Freud, los dos protagonistas austríacos del año, en un simposio en el Museo de artes gráficas Albertina, que tendrá como fin los aspectos psicoanalíticos de la ópera "Don Giovanni".
Gran parte de los homenajes a Freud están centrados en muestras artísticas, ya que sus teorías tuvieron gran influencia en el campo de la creación y ni el surrealismo ni gran parte de movimientos contraculturales hubieran nacido sin sus descubrimientos, señalan los especialistas.
Aunque muchas de las teorías de Freud han quedado en entredicho por los últimos avances de la neurología, el hallazgo del inconsciente, y el uso de los sueños y la palabra a través de la "asociación libre" como llave para interpretar la actividad cerebral supuso una auténtica revolución.
Las teorías de Freud -que aprendió español para poder leer El Quijote- le crearon admiradores y detractores acérrimos, al poner el acento en la represión sexual, los complejos de personalidad y los deseos latentes, que escandalizaron a la sociedad burguesa de la Viena de la época.
Coleccionista impenitente de obras de arte, Freud murió en 1939 en Londres por un cáncer de mandíbula que se suele atribuir a su afición al tabaco de pipa, con cuyo humo se le inmortalizó en muchas fotografías.