La selección mexicana de futbol calificó de lágrima a la siguiente ronda luego de perder con su similar de Portugal y de que Angola no fuera capaz de vencer por un par de anotaciones al débil equipo de Irán.
México logra avanzar merced del sencillo grupo que le tocó y de que el calendario le salió a modo pues angoleños e iraquíes son equipos prácticamente amateurs y los lusitanos metieron casi a puros suplentes. Sin embargo, se puede afirmar que el Tri cayó víctima de sus propios errores.
Soy increíble lo sobrado que ha jugado Rafa Márquez, cometiendo un penal indigno de un jugador de su categoría y experiencia, parece de cuento que Omar Bravo haya cobrado tan mal el penal que hipotéticamente daría el empate y volado un disparo solo ante el portero portugués, produce preocupación que ninguno de los jugadores de jerarquía se hayan acercado a pedir la pelota y tirar el penal y hablo del mismo Márquez, de Sinha, de Pavel y simplemente se asustaron pero lo peor de todo es que el equipo se ve inseguro, falto de liderazgo, apocado y sin personalidad.
La Dirección Técnica del representativo nacional camina a tontas y a locas llevando la participación mundialista directamente al barranco lo que hace reforzar dudas que ya se tenían y surgir novedades en el campo de la especulación.
Preguntas que La Volpe tendrá que contestar son, por ejemplo, que sentido tiene haber convocado a Claudio Suárez, supuestamente apto para jugar, para eventualmente suplir a Márquez para que termine jugando el ?Maza? Rodríguez.
O saber porqué jugó con el ?gringo? Castro u Ramón Morales de carrileros para salir en pleno Mundial con Mario Méndez y Gonzalo Pineda. O entender porqué se aferró a los naturalizados quienes están bajísimos de juego y no los utiliza o explicar la razón de solo traer cuatro delanteros que se volvieron dos con la lesión de Jared y el pánico escénico de Omarcito.
Pero para poder contestar estas cuestiones de forma coherente el entrenador nacional tendría que tener una buena dosis de autocrítica de la cual ha carecido desde que tomó el timón tricolor.
¡Mire usted que decir que está contento con la forma de jugar de su equipo! Bueno sería que se enterara del desencanto que este grupo de jugadores ha causado en el público mexicano, ilusionado como pocas veces en que vería un Mundial histórico.
Ahora compara a este remedo de equipo con la selección que calificó agónicamente en Francia 98 y dice que a aquella si se le valoró. ¡Pues claro!, los rivales eran Bélgica y Holanda no Irán y Angola. Pero bueno, las comparaciones son odiosas y las hace quién en este momento debería estar buscando soluciones y no en encontrando culpables de su triste situación.
Yo veo un equipo partido, sin garra, apático y carente de sentido futbolístico. Pareciera a veces que a algunos jugadores no les ha caído el veinte de lo que es estar en una Copa del Mundo y quizá cuando se enteren, vayan volando de regreso a México.
México enfrenta en la siguiente ronda a Argentina que ha calificado como primero de grupo mostrando solidez y espíritu. Por supuesto que no son invencibles y México tiene por delante 90 minutos para reaccionar y dejar hasta la piel en la cancha en pos de seguir adelante. El problema está en como recuperar en tres días la fe, la convicción, el estilo y la garra que se tuvo en algunos momentos del multicitado?proceso?.
Si La Volpe persiste en no asumir la realidad, en el autoengaño y el delirio de persecución, en no ser autocrítico pues, el fracaso está asegurado.
Ricardo debutó contra Argentina y probablemente termine con ella. Lástima porque en esta Selección el público había cifrado grandes esperanzas.
Portugal, el otro del grupo, enfrenta a Holanda y también tendrá que mejorar.