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Ayuntamiento bipartidista/Archivo adjunto

Luis F. Salazar Woolfolk

El nuevo Ayuntamiento de la ciudad de Torreón, ofrece una proporción inédita de conformación en la nueva era política que vive nuestro país, ya que por primera vez en los últimos se conforma con representantes de sólo dos partidos, Acción Nacional y Revolucionario Institucional.

La exclusión del resto de las fuerzas políticas, deriva de la polarización de la sociedad en apoyo de los dos partidos más poderosos y de la inconsistencia de los minoritarios, ninguno de los cuales alcanzó el número mínimo de sufragios para merecer una posición edilicia en el Cabildo torreonense.

Esta forma de integración tendrá como resultado nuevas experiencias, que inician con una negociación del alcalde José ángel Pérez con la Oposición, al efecto de sacar avante la propuesta de la contadora María Eugenia Cázares como contralora municipal.

El Código Municipal exige de una mayoría calificada de dos terceras partes de los integrantes del Cabildo para aprobar la propuesta del alcalde en el puesto de contralor en cuestión y en el caso, la imposibilidad de pactar con otras fuerzas políticas minoritarias para completar el cuadro, hicieron obligado el camino de la negociación directa y costosa con el PRI.

El precio, la entrega a favor de los priistas de la presidencia de seis comisiones del Cabildo, entre las que se encuentran algunas que se pueden considerar claves o de primordial importancia, como son la de Hacienda, la de Inspección y Vigilancia, la de Patrimonio Público y la que regula al Consejo Promotor para las Reservas Territoriales de la ciudad.

No faltarán opiniones que alentadas por el optimismo aseguren que la apertura es pertinente en estos tiempos democráticos y que la presencia de la Oposición ofrecerá mejores expectativas de control al interior de la estructura municipal.

Tampoco faltarán las críticas que señalen a José Ángel como un entreguista que al poner en manos de sus adversarios tan importantes posiciones, hace surgir la amenaza de que el Cabildo caiga en la confrontación y la parálisis, a la manera en que ha ocurrido a nivel federal entre el presidente y la Cámara de Diputados.

Lo que pueda ocurrir sólo el tiempo lo dirá. Lo cierto es que además del alcalde, todos los protagonistas que participan en este nuevo escenario incluida la Oposición priista, tienen una responsabilidad propia e individualizada respecto a los frutos dulces o amargos que ofrece esta novedosa experiencia.

De su comportamiento como Oposición, el PRI podrá recuperar parte del apoyo social perdido o caer en un desprestigio mayor que el que ha llevado a los ciudadanos de Torreón, a refrendar la presencia del PAN en el Gobierno del Municipio por otros cuatro años.

En ese sentido el acierto de José Ángel está asegurado, porque el buen desempeño de sus opositores lo revelará como un gobernante moderno y abierto. Un desempeño inadecuado y radical llenará de desprestigio al PRI y ofrecerá al nuevo alcalde el motivo y la oportunidad para revocar por mayoría las posiciones momentáneamente concedidas a la representación edilicia de minoría, al tiempo que conserva la moneda recibida a cambio de la negociación presente es decir, a la contralora emanada de su propuesta, hecha a la medida de su proyecto político.

lfsalazarw@prodigy.net.mx

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