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Baile, ejercicio y más

EL UNIVERSAL-AEE

MÉXICO, DF.- Inicia la canción, Cristian e Iván apenas y tienen tiempo para respirar. En segundos, una serie de flechas saltan frente a la pantalla, ellos parecen ignorarlas y bailan casi sin verlas. Sus pies comienzan a moverse a un ritmo desenfrenado y como por arte de magia, ambos hacen los mismos pasos al unísono, siguiendo las indicaciones de la máquina.

Las flechas se suceden tan rápido que apenas y se ven, la canción es pegajosa y se antoja bailar. Decenas de curiosos se detienen a observarlos, no entienden cómo lo hacen pero imaginan que debe ser muy complicado. Ambos continúan bailando, logrando una perfecta coordinación entre el movimiento de sus pies y las flechas de la pantalla. De pronto, Cristian baja del simulador y da vueltas sobre el piso; Iván brinca sobre la barra haciendo una pirueta y, al mismo tiempo, regresan a su minipista para continuar con la secuencia.

El sudor cubre sus rostros y empapa su pecho. Para Iván este juego es una forma de expresión,?me siento muy bien conmigo mismo y nunca me aburro?. ?Nos gusta que nos vean bailar?, expresa por su parte Cristian, agitado después de practicar el freestyle, la categoría más avanzada en estas máquinas simuladoras de baile, conocidas como Pump it Up.

Como ellos, miles de jóvenes en todo México se divierten (y de paso se ejercitan) en esta clase distinta de videojuego. En cada centro comercial y en cada local de juegos hay por lo menos una de ellas y ahí grupos de jóvenes se reúnen con un objetivo común: retar al cerebro electrónico y abatir el más alto puntaje. Se puede bailar de diferentes maneras, las categorías por grado de dificultad se clasifican en easy, hard, crazy, nightmare y freestyle.

Como todo, el volverse un experto bailarín electrónico tiene su chiste: se requiere que el jugador se coloque sobre la pista, compuesta de dos flechas que apuntan hacia arriba, una al lado derecho y otra al izquierdo, un cuadro al centro, y dos flechas más que se dirigen hacia abajo; de la canción depende el grado de dificultad de los pasos. Cuando el video arranca, al ritmo de la música van apareciendo diversas flechas, marcando un paso de baile; el jugador debe ser preciso y pisar cada flecha del tapete en la secuencia que señala el video o perderá, es una especie de Twister, el juego para niños, pero a toda velocidad.

Las Pump it Up se inventaron en Corea, país en el que adquirieron un gran éxito a partir del año de 1999. México fue la segunda nación donde se instalaron, en el año 2000, y lo cierto es que llegaron para quedarse. En su repertorio, hay más de cien canciones, compuestas por famosos cantantes coreanos, entre ellos algunas del exitoso grupo Banya, autores de aquellas quizá con la más alta dificultad; también hay de otros grupos como Novasonic, Deux, God, Clon, y chicas como Tashannie.

Los jóvenes atribuyen en parte su pasión por estas máquinas a las pegajosas rolas y a sus videos.

CUESTIÓN DE PRÁCTICA

Dicen que la práctica hace al maestro y para llegar a los niveles más altos, se requiere de varios meses de bailar. ?Necesitas de mucha flexibilidad y condición física, eso te lo da la práctica constante, cuando ya sientes las flechas por instinto y las pisas?, señala Alejandro González, de 20 años.

Para quienes piensan que los videojuegos sólo perjudican y perturban la mente del aficionado, deben saber que estas máquinas simuladoras son más que un simple aparato de entretenimiento, pues provocan fuertes dosis de adrenalina, ayudan a quemar calorías y a mover el cuerpo en todas direcciones. ?Para mí es como un deporte, cuando bailo me desestreso y me siento relajado?, refiere Alejandro, quien estudia el quinto semestre de ingeniería y ha logrado administrar su tiempo para repartirlo entre esta afición y su carrera. La Pump it Up le ha ayudado a hacer muchos amigos, ?es una forma de convivir y de demostrar tus habilidades?.

Nayeli García tiene 19 años, y es la número uno de Guadalajara en la Pump it Up. ?Comencé desde los 15 y practicaba todos los días más de cuatro horas. Me gusta porque es ejercicio, diversión y te desinhibe?. Su mayor logro fue haber obtenido el primer lugar en un torneo a nivel estatal, y para ella, ya es más que un hobbie, pues ahora le interesa prepararse cada día más para los siguientes, ?me motiva que haya competencias y quedar en un buen lugar, es una satisfacción que la gente te reconozca porque haces algo bien?.

El éxito de estas máquinas en nuestro país se consolidó cuando surgió el Primer Torneo Nacional de Pump it Up en diciembre de 2003. Desde entonces, cientos de jóvenes entusiasmados se preparan cada año para dar lo mejor de sí y ganar los primeros lugares, pues el premio es el pase al gran torneo mundial WPF en Corea, como el que se realizó en diciembre pasado, en donde compitieron participantes del país anfitrión y siete naciones más, entre ellas México.

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