LA MALA COSTUMBRE DEBE SER DESTERRADA.
La primera consecuencia es la deformación de los huesos de la boca.
MÉXICO, D.F.- En los primeros meses de vida, los bebés se chupan el dedo como un asunto natural y hay poco qué hacer al respecto, pero es una mala costumbre que debe ser desterrada si se prolonga más allá de los seis meses, ya que puede causar problemas bucales a futuro en los niños, principalmente mala oclusión al no estar alineada su dentadura. Las madres deben saber que este mal hábito puede desencadenar desequilibrio de los músculos faciales, problema que afecta la funcionalidad y posición de los dientes y la lengua, e incluso el habla y la respiración.
El coordinador Médico del Programa de Estomatología de PREVENIMSS, Jesús Pérez Domínguez, dice que es normal que los recién nacidos adquieran el hábito de chuparse el dedo como parte del descubrimiento de su cuerpo, pero cuando esta conducta se mantiene, o se resisten a dejar el chupón, puede ser que no estén bien alimentados, que tengan poca atención, o detecten problemas que afectan su entorno.
De acuerdo con el experto, en este asunto hay cosas que se deben tener en cuenta:
1. Los padres tienen una buena intención al dejar que su hijo se chupe el dedo.
2. Pretenden entretenerlo para mantenerlo tranquilo o que pueda dormir.
3. Conforme crece el niño la primera consecuencia es la deformación de los huesos de la boca.
4. Cuando comienza la erupción de los dientes el hueso se moldeará de una forma diferente.
5. El espacio que estaba destinado para un diente ya no será el adecuado y los niños no podrán pronunciar normalmente las letras "D" o "R". Pérez Domínguez explica que la succión estimula el crecimiento y desarrollo de la boca y los dientes, caso contrario al de la mamila, cuyo esfuerzo es menor, por lo que le debe ser retirada, como máximo, al año de edad.