Inglaterra reunió en Alemania a una de las parejas de ídolos más contrapuestas que puede tener una selección: David Beckham y Wayne Rooney.
Su paso por el Mundial ha sido sonado pero no por razones futbolísticas, ya que Inglaterra fue eliminada en cuartos de final por Portugal, un combinado con jugadores de menos renombre pero sin duda más eficaces
BERLÍN, ALEMANIA | EFE
En ese partido, ambas estrellas salieron antes de tiempo por razones bien diferentes: "Beck's" lesionado y "Roo" expulsado.
Observados a través de las cámaras, Beckham exhibe expresivos gestos de dolor, mientras Rooney tiene la misma cara de malas pulgas de siempre.
La lesión de Beckham preocupa inmediatamente al banquillo inglés. Rápidamente los masajistas colocan bolsas de hielo en la pierna dolorida. "Beck's" está a punto de llorar, mientras en la tribuna Victoria Adams muestra cara de preocupación.
Travesura
El camino de "Roo" hacia los vestuarios parece no interesar a nadie. Allá se va el "niño malo" del futbol inglés, expulsado por otro gesto antideportivo: un pisotón en los genitales al portugués Ricardo Carvalho.
Además, se va con bronca con su compañero en el Manchester United, Cristiano Ronaldo, otro veinteañero con afán de protagonismo.
La prensa inglesa se desata. Cristiano es acusado de presionar al árbitro para que expulsara a Rooney. El portugués lo niega y afirma que no tiene ningún problema con su compañero de equipo, al que "The Sun" presenta como diciendo: "voy a romper en dos" a Ronaldo.
Más comedido, "The Times" escribe que a Rooney lo enredaron, pero el hecho es que "perdió los nervios sobre el terreno de juego y fue expulsado". La FIFA le sancionó con dos partidos.
¿Capitanía para Roo?
Como capitán de la selección, función que dejó después de la eliminación, "Becks" actuó de anfitrión de Rooney en ese estreno. Ya lo hizo el 12 de febrero de 2003 en el estadio de Upton Park cuando el entonces jugador del Everton debutó como internacional con sólo 17 años de edad.
Beckham, que en mayo celebró su 31 cumpleaños, jugó su tercer mundial consecutivo y debutó, con 23, en Francia 1998. Suma 94 partidos internacionales y 17 goles, mientras Rooney 33 y 11, respectivamente.
"Becks" sabe que este Mundial puede ser el último de su carrera profesional y que el futuro está en Rooney, el explosivo jugador de nariz aplastada, recuerdo de la práctica del boxeo, y cuyos malos modales condicionan su futuro como líder de la selección de "los tres leones".
Fama mundial
Ambos se han hecho famosos por razones distintas. Seguramente no hay proporción entre su fama mundial y la efectividad de su juego, aunque éste desprenda, a veces, destellos deslumbrante sobre todo a balón parado.
Beckham tiene un guante en el pie, Rooney un enjambre de abejas en la cabeza.
Sale Rooney al campo y parece que entra un toro. Su robusto corpachón anticipa al rival que tendrá dificultades para frenarle. A veces, el rival no necesita hacer mucho esfuerzo para controlar a "Roo".
Se descontrola él mismo. Cinco días antes de cumplir 17 años, se convirtió en el jugador más joven en la historia en marcar en la primera división inglesa. Dos meses después, cambió de honor: el futbolista más joven expulsado de la Liga por una dura entrada un rival..
Pocas coincidencias
Salvo su condición de estrellas de la selección inglesa y su procedencia de familias obreras, Rooney de Liverpool y Beckham de Londres, comparten pocas cosas en la vida.
Asesorado por su esposa, la ex "Spice" Victoria Adams, a Beckham le encanta vestir a la última moda y le gusta cuidar su piel con cremas.
Por el contrario, Rooney y su novia, Coleen Mc Laughlin, tienen menos obsesión por vestir bien que los Beckham, prefieren el estilo desenfadado y es difícil imaginarse a Wayne poniéndose mascarillas de crema antes de irse a dormir.
Si Beckham, el futbolista más rico del mundo, sueña con Gucci, Rooney, la mejor promesa FIFA de 2005, se relaja con Mike Tyson.