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'BIEN CHIVA' | AGROPECUARIA

M.V.Z FERNANDO CRUZ CASTILLO

DEFICIENCIAS DE MINERALES EN CABRAS

Dentro de las principales deficiencias de minerales que requieren las cabras de la Región Lagunera podemos observar lo siguiente:

Selenio.- La mayor parte de México tiene suelos que son deficientes en selenio. Los cereales y los forrajes que crecen en estos suelos transfieren esa deficiencia a los animales que los comen. La deficiencia de selenio, como la deficiencia de la Vitamina E, puede ocasionar la enfermedad del músculo blanco (distrofia muscular enzoótica), y las cabras pueden tener dificultad para controlar sus músculos. Los cabritos pueden estar demasiado débiles para poder mamar de sus madres. La neumonía puede ocurrir a causa del debilitamiento de los músculos que controlan la respiración. Los caprinocultores de la región cuyo suelo es deficiente en selenio deben asegurarse de que este mineral se agrega en los alimentos compuestos o en las raciones para sus cabras. Si tiene dudas al respecto, debe consultar con su veterinario o especialista en nutrición para mayor información.

Cobre y molibdeno.- En contraste con las ovejas para las cuales el cobre es tóxico, las cabras necesitan tener trazas de mineral de cobre en su ración. Todo tipo de problemas puede ocurrir cuando las cantidades de cobre son inadecuadas. Los síntomas de una deficiencia en cobre incluyen; Abortos y mortinatos, anemia, fracturas frecuentes de huesos, pérdida de apetito, pérdida de peso, disminución de la producción de leche y hasta la pérdida de color del pelo. Las cantidades de cobre y Molibdeno deben estar bien balanceadas, ya que si no lo están, pueden acarrear problemas de salud. Un contenido superior a tres p.p.m. de Molibdeno produce una deficiencia de cobre en las cabras. Un buen programa de nutrición debe mantener los niveles de cobre a diez p.p.m., Siempre recordando que la relación cobre/Molibdeno en la ración nunca deberá ser menor de 2:1 y siempre inferior a 10:1. Es posible producir toxicidad por cobre en cabras si se les suministra demasiado cobre. Asegúrese de que el nivel de cobre en las raciones es el correcto para sus cabras.

Hierro.- A menos de que una cabra sea anémica, la deficiencia de hierro no es generalmente un problema en cabras comiendo forrajes. Sin embargo algunas plantas de la familia de la cebolla pueden ocasionar anemia. Los parásitos internos y los piojos chupadores de sangre, y la pérdida de sangre son las causas más comunes que ocasionan anemia en cabras.

Yodo.- Es un nutriente necesario en la dieta de los caprinos como también lo es para los humanos. El bocio es la señal más visible de una deficiencia de yodo. Suministre sales con yodo a libre disposición.

Calcio y fósforo.- Estos dos minerales también deben estar bien balanceados. A pesar de la necesidad obvia del calcio en la formación del hueso y contracciones del músculo, las cabras que son cubiertas por el macho muy jóvenes o muy pequeñas pueden desarrollar cojeras y encorvamiento de las patas. Una relación de calcio/ fósforo de 2:1 es esencial para prevenir la formación de cálculos urinarios en los machos. Una relación de calcio/fósforo muy desequilibrada puede causar nacimientos de cabritos con defectos.

Azufre.- Una salivación excesiva puede ser una señal de una deficiencia de azufre. Considere suministrar el azufre en forma de bloques de sal (de color amarillo) a libre disposición.

Potasio.- Las cabras que están pastando comúnmente consiguen todo el potasio que necesitan. Los animales estabulados, sin embargo, requerirán que el potasio esté incluido en la fórmula de su ración. La emaciación y la debilidad muscular son las señales de una severa deficiencia de potasio.

Magnesio.- Las cabras deficientes en magnesio experimentan una disminución de la orina y de la producción de leche y pueden presentar síntomas de anorexia.

Sal.- Si hay carencia de sal en la ración de las cabras, podrá verse que las cabras lamen el terreno. La sal debe suministrarse a libre elección en forma natural o en bloques, pero nunca hay que forzar su ingestión en la mezcla de los piensos compuestos. Una cabra preñada a la que se le fuerza a comer mucha sal puede desarrollar problemas de las ubres (edema).

En otro aspecto, es inevitable reconocer sin panegiresmos o lambisconerías de ninguna índole, a un caprinocultor que ha demostrado que esta actividad es redituable, cuando se le ponen todas las ganas, aun con los tropezones y problemas inherentes a la misma. Me refiero a la persona de Raúl García Escandón, en el municipio de Matamoros, Coahuila, quien ha demostrado bastante interés en ella. Por lo cual va nuestro reconocimiento y que Dios le permita continuar con ese animo y esa fuente de empleo.

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