Ayer una nota publicada en El Siglo, anunciaba que el municipio de Torreón construiría un Bio-parque (¿qué será eso?) en el área de Jimulco. La fuente de la información era nada menos que el propio director de Ecología y Medio Ambiente de Torreón, el señor Jesús Garay Gallegos. La publicación sonaba interesante, porque en estos tiempos, cualquiera debe apreciar todo esfuerzo por contribuir al entorno ecológico de la zona, máxime que la misma es árida como pocas y por lo tanto cualquier indicio que contribuya a ampliar o preservar siquiera nuestra ecología debe ser apoyado. Sin embargo, la aseveración de con “mascotas” habitantes de La Laguna sería poblado de fauna este dichoso Bio-parque.
Y aquí los problemas: las dichosas mascotas a las que se refería Garay Gallegos son aquéllas exóticas que, asegura, varias personas tienen por aquí. Osos, changos, pumas, águilas reales, gatos monteses, mapaches y hasta cocodrilos, señala el flamante director ecológico que existen en propiedades privadas y que la idea sería trasladarlas a este proyecto.
Semejante disparate ¿qué pasará por la cabeza de Jesús Garay al atreverse a dar esa declaración cuando nada está firme? Por eso el problema, la flamante Administración 2006-2009 llegó cargada de promesas, inclusive al destaparse los nombres del Gabinete de José Ángel Pérez, la sociedad lo aceptó sin muchas objeciones.
José Ángel llegó al poder con una estela de profesionalismo en su haber y un buen prestigio personal pero, aparentemente, nada más.
Hoy la información publicada es que el alcalde desconoce el porqué del dicho de su empleado y responsable del área de Ecología y hace público que tuvo que aplicar regaño puro al señor Garay por dar nota volada.
Aún más, con la información apócrifa se vuelve a revivir el descontento de muchos sectores por la operación “limpieza” que los de Pérez aplicaron a todo aquel que olía a Anaya, por ello el despido de los hermanos Orona genera inconformidad en una comunicación que ya estaba establecida con los pobladores del área de Jimulco, pero el celo y hasta rencor pudo más y llegó a todas partes y donde Ecología es un área que más sintió el cambio, -para el retroceso del Municipio-, pero eso a Pérez no le importó gran cosa con tal de cobrar revancha contra los zemeñistas; esperemos que el transcurrir de los días y el ejercicio del poder y todo lo que ello conlleva, le dé al presidente municipal templanza para tomar cada vez mejores decisiones; porque tiene ya sesenta días en el poder y hasta ahora no ha habido ninguna acción de Gobierno que valga la pena señalar, de hecho, hoy parece que siguen, como es natural, entendiendo cómo se administra el Ayuntamiento y no han hecho algo que “siga transformando Torreón” como el propio edil señaló en su campaña.
Esperemos entonces que pronto esta primera Administración de cuatrienio tome ritmo y sea la mejor, aunque con gente que dice dislates como los de Garay, siembran muchas dudas para que se pueda llevar a cabo.
