Agencias
Buenos Aires, Argentina.- Gimnasia y Esgrima de la Plata ganaba 1-0 a Boca Juniors al final de los primeros 45 minutos, pero el partido no se reanudó, debido a que el árbitro central, Daniel Giménez, dijo haber recibido serias amenazas de parte del presidente del equipo platense, Juan José Muñoz, acompañado de algunos allegados.
Daniel Giménez decidió no salir a jugar la segunda mitad. En el entretiempo les informó a los capitanes y al vicepresidente de Boca, Pedro Pompilio, que Juan José Muñoz, titular del club platense, y un grupo de allegados habían entrado al vestuario y lo habían increpado. El presidente jura que no lo amenazó pero reconoce que fue ?imprudente?. Ganaba el local con un penal de Silva.
Era, sin dudas, una tarde especial. Había muchas cosas en juego, demasiadas. Basile salía por última vez como director técnico de Boca en el torneo local. Asimismo, los xeneizes estaban a noventa minutos de alcanzar el récord de 13 triunfos consecutivos en el futbol argentino. El convidado de piedra era Gimnasia, el local. La fiesta se empañó, los perjudicados, como siempre, fueron los hinchas.
Lo cierto que gracias a ese empuje, a esa garra, Gimnasia era superior. Al uruguayo Silva, todo un guerrero, Calvo lo empujó en el área y Giménez no dudó: penal. El delantero le dio con alma y vida. Al medio. Bobadilla se tiró hacia su derecha y festejo del Lobo.
Boca intentó con remates de media distancia, Ledesma y Marino estuvieron cerca de lograr la igualdad. Llegó el pitazo de Giménez y, de allí en más, lo insólito, la reanudación del encuentro que se demora, la incertidumbre crecía con el correr de los minutos y las versiones que, más tarde, confirmaban lo increíble. En los vestuarios el vicepresidente de Boca, Pedro Pompilio, lo confirmó. ?Giménez no saldrá a jugar el segundo tiempo porque el presidente de Gimnasia, Juan José Muñoz, y un grupo de allegados entraron al vestuario y lo increparon?.
