El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- Doce de marzo de 1983 por la noche. Boletos en taquilla desde 100 hasta 400 pesos. Mil en la reventa. Los perros calientes cuestan 60. Cinco adolescentes salen del túnel de vestidores y atraviesan la cancha del estadio Azteca. Llevan pantalón a rayas y playeras que parecen espaciales. Sus nombres aparecen en el tablero electrónico de la tribuna: Ricky, Miguel, Johnny, Charlie y Ray. Es decir, el de Menudo fue el primer concierto que sucedió en el estadio Azteca.
Esa noche, cien mil aficionados (no al futbol sino al pop en español) inauguraron la etapa de conciertos en la vida del coloso de Santa Úrsula, esa mole gris en medio de ejidos y bosques en el sur de la ciudad de México. Después vinieron Elton John, Michael Jackson y Gloria Estefan. Precedidos por el prestigio de estrellas internacionales, llenaron el estadio con sus espectáculos.
El famoso Elton John con una escenografía diseñada por Gianni Versace y el encanto suficiente para decirle al público: ?I play the piano for you?. En esas ocasiones (porque fueron dos conciertos el 13 y 14 de noviembre de 1992) el pasto de la cancha se protegió con una malla de fibra y el cantautor inglés se llevó a su país de recuerdo una réplica de la Diana Cazadora.
Michael Jackson fue un fenómeno. Ofreció conciertos del 21 al 29 de octubre, visitó al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari en su casa y fue de compras a Polanco, siempre acompañado por tres niños no identificados, según consignó la prensa esos días.
Su espectáculo traía dos pantallas tan grandes que para nombrarlas les decían ?Jumbo?. Bocinas de 25 metros y 35 salvas de cañón. La crónica del primer concierto señaló que El Rey del Pop soltó una lágrima y que una fanática burló la vigilancia para cantar con él I can?t Stop Loving You.
Tan grande fue su éxito que abrió fechas para dos, cuatro y seis de noviembre con boletos que costaban de 40 a 375 pesos de los nuevos.
El Día del Amor del año 1997, Gloria Estefan apareció en el escenario del Azteca dentro de una esfera metálica calada. Conga fue la primera canción del concierto y prometió al público: ?La pasaremos bien esta noche?. Al final, salió como había llegado: dentro de una esfera metálica calada.
Entonces llegó el tiempo de que el estadio Azteca fuera tomado por una banda mexicana. ¿Qué más mexicano que Bronco? Este concierto duró tres horas y fue anunciado como la despedida del grupo integrado por Choche, Ramiro, Lupe y Javier. ?Es una locura?, dijo Ramiro al ver las gradas.
Luis Miguel fue el siguiente en entrar a la cancha. Era 2002 y ya se había convertido en exitoso intérprete de boleros. Su presentación fue ejemplo de cursilería: ?Esta noche es bonita, romántica y bella?.
En septiembre de 2002 llegó Lenny Kravitz. Su concierto empezó con una hora de retraso, pero quien estuvo ahí dice que ?derrochó una carga erótica a lo largo de la actuación?.
U2 es el último artista que ha saltado a la cancha, el pasado 16 de febrero. Sus boletos se agotaron en dos horas y tuvieron que abrir otra fecha en la que se agotaron en tres.
El estadio Azteca se inauguró el 29 de mayo de 1966. A 40 años de existencia, los ecos de sus gradas no sólo repiten goles, sino también canciones.
