Cientos de miles de turistas por motivos médicos, que van en gran número a hospitales
en países en desarrollo, acuden para evitar los altos costos.
AP
NUEVA DELHI, INDIA.- Dodie Gilmore es una mujer ágil de 60 años, ex campeona de rodeo y amante de la vida al aire libre. Pero cuando ya no pudo montar a caballo, se dio cuenta que había llegado el momento de operarse la cadera.
¿Pero cómo podría pagarla? Siendo contratista independiente, sabía que su seguro de gastos médicos privado nunca le pagaría hasta 40 mil dólares por la operación, dado que era un problema de salud que tenía antes de contratarlo.
Entonces le pidió a su jefe permiso para viajar a la India, donde la operación para reemplazarle la cadera le costaría sólo siete mil dólares. Él no sólo la apoyó emocionalmente, sino que se ofreció a pagar la cuenta, salvo los gastos del avión y los hoteles, con lo cual Gilmore fue una de las primeras estadounidenses en ser enviada por su empleador a una operación quirúrgica en el extranjero.
?Los médicos fueron maravillosos?, dijo la mujer días después de haber sido dada de alta, mientras tomaba un café en una cafetería de Nueva Delhi acompañada por su hermana Carol. ?En general, la atención recibida fue muy buena?.
Gilmore se encuentra entre los cientos de miles de los turistas por motivos médicos -tan sólo 500 mil de Estados Unidos el año pasado- que van en gran número a hospitales en países en desarrollo.
Acuden desde Estados Unidos para evitar los altos costos; de Europa y Canadá con el fin de no tener que esperar largo tiempo para recibir atención de los sistemas nacionales de salud, y del Oriente Medio en busca de un mejor servicio.
Los árabes dejaron de buscar atención médica en Estados Unidos especialmente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, pues muchos temen ser mal recibidos en ese país.
Desde hace tiempo los hospitales asiáticos en Tailandia, la India y Singapur prestan servicio a personas que querían operaciones de cirugía plástica en el estómago y el rostro, pero muchas de estas instalaciones ahora están ganando reputación de efectuar procedimientos de gran envergadura, como operaciones del corazón y de la espalda.
Muchos médicos en establecimientos que atienden a los turistas que buscan atención médica están entrenados en otros países, con frecuencia en Estados Unidos o en Europa.
Aproximadamente 100 hospitales extranjeros han sido aprobados por la rama internacional de la Comisión Conjunta para la Acreditación de Organizaciones para el Cuidado de la Salud, con sede en Chicago, que también certifica hospitales estadounidenses.
Cada vez más pacientes como Gilmore -que antes de su viaje nunca había tenido pasaporte y ni siquiera había probado la comida de la India- están regresando al país y dando a conocer que hay una alternativa, aunque puede tener algunos riesgos.
En Estados Unidos los costos del cuidado de la salud han subido tanto que algunas empresas y compañías de seguros están empezando a considerar los potenciales ahorros que obtendrán si sus empleados y asegurados reciben atención médica en el extranjero.
Las primas de seguros de gastos médicos pagados por el empleador se han incrementado 87 por ciento durante los últimos seis años, según la Fundación Kaiser Family, lo cual impone una enorme carga sobre las compañías y los empleados. La cobertura de gastos médicos familiares ahora cuesta aproximadamente 11 mil 500 dólares anuales, y los trabajadores tienen que pagar casi tres mil.
Aproximadamente 45 millones de estadounidenses ni siquiera tienen seguro de gastos médicos, lo cual los obliga a buscar atención médica a precios razonables en el extranjero.
Pero de la misma forma en que el traslado de algunos procesos de manufactura estadounidenses a China y de centros de atención telefónica a la India en un principio generaron una fuerte oposición, algunos críticos ya se están preparando para combatir cualquier posible éxodo masivo de estadounidenses para recibir atención médica en el extranjero.
En septiembre, Blue Ridge Paper Products Inc., con sede en Carolina del Norte, estaba lista para mandar a uno de sus empleados a la India para una operación de vesícula biliar. Carl Garrett habría sido el primer empleado estadounidense en ser enviado al extranjero para recibir atención médica a través de un programa piloto patrocinado por su empleador, que le habría permitido recibir parte de lo que la compañía ahorrara en esos gastos.
Poco antes de que Garrett estuviera listo para partir, la United Steelworkers, el sindicato más grande de Estados Unidos, obligó a cancelar el proyecto. ?No queremos exponer a nuestros miembros a los riesgos vinculados con el suministro de atención médica en el Tercer Mundo?, dijo Stan Johnson, portavoz sindical.
Aunque la compañía de Garrett finalmente canceló su plan para los trabajadores sindicalizados, varias empresas y aseguradoras estadounidenses están comenzando a explorar la opción de enviar pacientes al extranjero, y otras compañías ya tienen la opción de recibir tratamiento en otros países.
Blue Shield de California y Health Net del mismo estado ofrecen pólizas de menor costo, que les permiten a los miembros buscar atención médica en México.