El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- Pamela cerró los ojos, y repasó en su memoria aquella noche del 21 de septiembre de 2001, cuando en ese mismo foro, vio por última vez a Zurdok, acompañada de quien creyó era el amor de su vida. En esa velada, la banda, aún con sus integrantes originales, presentó en vivo su álbum titulado Maquillaje.
Cinco años después, esta misma joven volvió al Hard Rock, emocionada, aunque melancólica. La diferencia fue que ni ella estaba con el amor de su vida, ni Zurdok era el mismo grupo de aquella entrañable noche.
Y es que la noche del viernes, Fernando Martz (voz) y David Izquierdo ?Shaggy? (guitarra) decidieron revivir las viejas glorias de la agrupación regiomontana, y protagonizaron algo parecido al reencuentro de Zurdok, aunque sin Gerardo Garcís ?Chetes? y Maurizio Terracina en sus filas. La diferencia entre el viejo Zurdok y el nuevo quizá no estuvo muy marcada en la cuestión musical, pero sí en la presencia de la banda sobre el escenario, y es que para muchos, el lugar de Chetes y Terracina no lo puede ocupar nadie.
Un día antes, el mismo Chetes había declarado que Fernando y David tenían el derecho de intentar revivir a la banda; sin embargo, a sus planes no se unirían ni él ni Mauricio, por cuestión de ideología y respeto a la memoria de lo que alguna vez fue el proyecto original.
Así, ante la impaciencia del público, esa noche salieron al escenario Martz e Izquierdo, acompañados de nuevos ?cómplices? musicales, entre los que se encontraba Charly (bajista de Jumbo).
?Este es el primer toquín de Zurdok, pu .... Hace seis años que no veníamos?, expresó emocionado Fernando, ataviado con una chamarra de piel y gafas oscuras.
Entonces vino ?Chambi? ante la euforia de la audiencia, conformada por cerca de 800 personas, y entre las que se encontraba (de manera casi incógnita) la cantante Tatiana, para luego dar paso a Tropecé y Abre los ojos. En especial en estas canciones la ausencia de Chetes se sintió aún más.
Con un puñado de éxitos, la banda ofreció una actuación que destacó por la energía derrochada.