EFE
Pragelato, Italia.- Lars Bystoel, que hace dos años fue apartado durante meses de su selección, tocó la gloria olímpica al ganar desde el trampolín normal de Pragelato el oro de Turín 2006, en una prueba en la que Noruega, que no capturaba medalla desde 1994, también colocó a Roar Ljoekelsoey en el podio final.
Bystoel, de 27 años, que había sido tercero en el trampolín normal de Willingen (Alemania), en la última prueba de la Copa del Mundo previa a los Juegos, saltó 101 metros y medio en su primer intento y dos metros más en el segundo para hacerse acreedor al oro, tras contabilizar un total de 266.5 puntos, uno más que el finlandés Matti Hautamaeki -segundo-, con el que se encontraba empatado en la sexta plaza provisional después de la primera ronda.
El noruego, que hasta la fecha sólo había ganado una prueba de la Copa del Mundo, la tercera del último Cuatro Trampolines, en la rampa grande del Bergisel, en Innsbruck, el pasado cuatro de enero, y que integró el cuarteto que ganó el mundial de vuelo, diez días más tarde, en Tauplitz-Bad Mittendorf -también en Austria-, se ha convertido en una de las estrellas de los Juegos de Turín.
Noruega no ganaba un oro olímpico desde que lo consiguiese ante su público, en los Juegos de Lillehammer, hace doce años, Espen Bredesen, que venció en la rampa normal por delante de su compatriota Lasse Ottesen; y fue plata desde la grande, en la que le batió el alemán Weissflog. Ayer lo consiguió gracias a Bystoel, tan conocido por su talento.
como por su supuesta afición a la juerga.
Si el esquiador alpino estadounidense Bode Miller, una de las estrellas de los Juegos de Turín, afirmó hace no mucho que alguna vez compitió borracho, ese es el estado en el que afirman se encontraba Bystoel cuando le sacaron del agua de la bahía de Oslo en verano de 2003 con la mandíbula rota, al parecer debido a los golpes recibidos en una pelea callejera.
Estuvo a punto de ahogarse, pero al recuperar la conciencia se encontró con la retirada de todas sus subvenciones federativas durante dos meses y con la ?degradación? de rango, siendo inscrito en la inferior Copa Intercontinental, en la que ganó todas las pruebas antes de recibir el perdón de sus superiores, que se podrán tomar ahora unas copas a la salud del nuevo campeón olímpico.
Bystoel, que anteayer fue descalificado de la calificación por irregularidades en su mono, pero que pudo competir ayer, debido a encontrarse entre los mejores quince del mundo, ha enderezado definitivamente su vida.
Y junto a Ljoekelsoey, el saltador de bronce, ha encabezado la rehabilitación del aletargado salto noruego. En el palmarés olímpico de la disciplina ha sustituido al suizo Simon Amman, que el sábado logró clasificarse por los pelos en la segunda manga de la calificación, tras haberse caído en la primera, con una rodilla dañada. Ayer, sin embargo, el helvético no entró en la ronda definitiva de los mejores treinta. En el cómputo general, acabó en el 38.
Al campeón mundial de la disciplina el año pasado en Oberstdorf (Alemania), el esloveno Rok Benkovic, le fue aún peor. Acabó la prueba penúltimo, después de un lamentable salto de 87 metros y medio en la primera manga. Que, obviamente, no le permitió el pase a la ronda final.
A la que llegó como líder Dmitry Vassiliev, que se hubiera convertido en el primer medallista ruso de este deporte si no la hubiera pifiado en el segundo salto, de cien metros y medio, que le hizo bajar al décimo puesto final.
El finlandés Janne Ahonen, uno de los grandes favoritos, que ocupaba el segundo puesto provisional empatado con Thomas Morgenstern tras la primera ronda, acabó sexto, por detrás del alemán Michael Uhrmann, cuarto, y del suizo Andreas Kuettel, quinto.
Peor le fue al austriaco, que descendió de la plata provisional al noveno puesto final. Y otro de los ilustres, el polaco Adam Malysz, sólo pudo acabar séptimo. Todos ellos se verán de nuevo las caras el próximo sábado, día 18, otra vez en Pragelato, en el trampolín grande, el duelo sigue abierto.