Viena, (EFE).- Una austríaca de 33 años acusada de haber asesinado a cuatro bebés, todos hijos suyos recién nacidos, fue condenada en la ciudad austríaca de Graz y en primera instancia a cadena perpetua, mientras que su pareja deberá cumplir una pena de quince años de prisión.
La condena fue dictada por un Tribunal de Graz que consideró culpable a Gertrud A. de haber asesinado a tres bebés, que murieron poco después del parto, y el homicidio de un cuarto, que, según los forenses, fue muerto en el momento de nacer.
Además, se condenó a Johannes G., su compañero, por haberse hecho de la vista gorda, tras considerar imposible que no supiera desde el principio de los embarazos y de los niños muertos.
El presunto padre de los bebés y su defensor alegaban no haber notado nunca que la mujer estaba encinta.
La acusada declaró que su compañero, de 39 años, no quería hijos y le había dicho que "podía largarse" si se quedaba embarazada.
Los cadáveres de los niños fueron encontrados en mayo pasado en un arcón congelador y en cubos de plástico llenos donde la madre los había ocultado.
Nunca se han encontrado los restos mortales de un quinto niño, de cuya muerte también se acusa a la mujer, después de que varias vecinas declararan haber notado que estaba embarazada, hecho que la acusada negó.
La condena fue corroborada por los dictámenes forenses, según los cuáles los neonatos congelados habían vivido por lo menos diez minutos después de su nacimiento, ya que se encontraba aire en sus pulmones e intestinos.
El ginecólogo consultado por el tribunal excluyó que la acusada reprimiera los cuatro (o cinco) embarazos y los partos, porque "normalmente es impensable que una persona pueda no acordarse de semejante experiencia reiterada".
Al mismo tiempo el siquiatra consultado en el juicio atestiguó a Gertrud A. "una memoria excelente", puesto que se acordaba a la perfección de dónde y en qué había trabajado hace años, mientras que no quiso recordar cuándo dio a luz ni cómo.
