Ginebra, (EFE).- La población mundial de grandes peces como atunes, tiburones y ballenas se ha reducido en un 90 por ciento en los últimos cien años, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Se calcula, además, que cada año mueren más de 300 mil cetáceos entre los aparejos de pesca en los océanos de todo el mundo.
El director general de WWF, James Leape, anunció en conferencia de prensa los principales retos de la organización para este año, entre los que está el intento de frenar el progresivo deterioro de los ecosistemas marinos.
Según datos de la organización, más del 75 por ciento de las zonas pesqueras están sobre explotadas o han llegado ya a su límite y los hábitats marinos sufren un deterioro más rápido que los bosques tropicales.
Si este ritmo actual continúa, en 2030 se habrá perdido el 60 por ciento de los arrecifes de coral existentes.
Leape puso el ejemplo de la pesca de arrastre en la que, entre el 20 y el 30 por ciento de las piezas capturadas no son aprovechables y no habría sido necesario atraparlas.
Con la modificación del diseño del anzuelo utilizado para pescar atunes se podría reducir en un 90 por ciento la mortalidad accidental de las tortugas marinas en la pesca no selectiva de todo el mundo lo que evitaría la muerte de unos 325.000 ejemplares al año, según el WWF.
La pesca de arrastre es una de las mayores amenazas a las que tienen que hacer frente delfines, marsopas y ballenas de todo el mundo ya que, al subir a la superficie para respirar, son atrapados por las redes donde mueren asfixiados.
El segundo de los grandes retos del WWF para 2006 es la reducción de la emisión global de gases contaminantes que coincide con el programa sustitutivo del Protocolo de Kioto en 2012.
Leape lamentó que Estados Unidos siga sin sumarse a los esfuerzos de gran parte de los países para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), pero destacó las "relevantes iniciativas de un gran número de estados que van en la misma línea que las diseñadas por el resto de la comunidad internacional".
El tercer objetivo de la organización es reducir la pobreza entre grandes colectivos de población que dependen directamente de la explotación, en ocasiones indiscriminada, de recursos naturales.
Leape considera que, si mejoran sus condiciones económicas y de desarrollo, se reducirá su dependencia de los recursos naturales, por lo que la explotación de los mismos se podría hacer de forma más respetuosa.