VARIACIÓN | INFORMA LA SECRETARÍA DE ECONOMÍA UNA BAJA DE 2.4 POR CIENTO ANUAL.
Agencias / Notimex
Vicente Fox en cinco años atrajo 56.8 por ciento más capital que Ernesto Zedillo.
México, DF.- La Inversión Extranjera Directa (IED) en México se redujo un 2.4 por ciento en 2005 respecto al año anterior, y quedó en 17 mil 804 millones de dólares según datos preliminares, informó ayer la Secretaría de Economía.
En un comunicado la dependencia indicó que en los datos de enero a diciembre pasado ?no incluyen movimientos de inversión que se sabe efectivamente se realizaron en ese año pero que aún no han sido notificados?, por lo que el dato final podría ser algo superior.
En 2004 la IED en México terminó en 18 mil 244.4 millones de dólares tras un informe preliminar que la ubicó en 16 mil 601.8 millones de dólares. Por países Estados Unidos (EU) acaparó el 68.8 por ciento de la inversión, España el 10.1 por ciento y Holanda el 9.4 por ciento.
Muy alejados de ellos estuvieron Francia (dos por ciento), Alemania (1.6 por ciento), Luxemburgo (1.3 por ciento), Suiza (1.1 por ciento), mientras que otros países aportaron el resto (5.7 por ciento).
Del total recibido en 2005 computado hasta ahora nueve mil 633 millones de dólares (54.1 por ciento) corresponde a nuevas inversiones, dos mil 806 millones (15.8 por ciento), a reinversión de beneficios, dos mil 543 millones (14.3 por ciento) al traspaso de cuentas entre compañías, y casi dos mil 822 millones más (15.8 por ciento), a la importación de activos fijos por parte de las maquiladoras (ensambladoras).
De todos los fondos recibidos, el 57.7 por ciento se canalizó a la industria manufacturera, el 17.7 por ciento, al comercio, el 11.1 por ciento, al sector servicios, el 9.9 por ciento a transportes y comunicaciones, y un 3.6 por ciento, a otros sectores no desglosados.
Para Secretaría de Economía ?el dinamismo de los flujos de IED en 2005 se explica en gran medida por la confianza de los inversionistas internacionales en el buen desempeño de la economía mexicana?.
El Gobierno sostiene, que pese al descenso preliminar del 2.4 por ciento, este país ?se mantiene como uno de los destinos más atractivos para los flujos internacionales de inversión productiva?.
En los cinco años que el presidente Vicente Fox lleva en el poder (2000-2005) México atrajo inversiones por valor de 93 mil 779.8 millones de dólares, un 56.8 por ciento superior al mismo período del sexenio anterior (1994-1999), cuando gobernaba Ernesto Zedillo.
En aquellos años México estuvo sumido en una crisis bancaria importante que llevó a reorganizar el sector bancario y llevó a la quiebra a miles de empresas.
Según la Secretaría de Economía los datos actuales apuntan a que la inversión extranjera confía ?en el futuro de la economía mexicana? y sigue contribuyendo ?a la generación de empleos, el impulso al comercio exterior?, a modernizar las fábricas, y a financiar la cuenta corriente de la balanza de pagos. La información presentada se desprende del Informe estadístico sobre el comportamiento de la Inversión Extranjera Directa en México enero-diciembre del año 2005, el cual será enviado al Congreso próximamente.
Un mercado atractivo
México es una de las diez economías líderes del mundo, un importante lugar de producción y un mercado muy atractivo, afirmó en México el presidente adjunto de la Asociación de Empresarios Alemanes con Inversiones en Iberoamérica, Peter Roessler.
Según Roessler, esto es así porque México tiene ?un potencial de mercado muy grande, acuerdos de libre comercio con la Unión Europea (UE) y muchos otros países del mundo y que es una puerta de entrada al Tratado de Libre Comercio de América del Norte? (TLCAN).
México es un país de baja volatilidad macroeconómica y creciente seguridad jurídica, dijo y agregó que ?es lo contrario de los países de Sur y Centroamérica, con la excepción de Chile, caracterizados por una alta volatilidad macroeconómica y una menor seguridad jurídica?.
La entrada al TLCAN y a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) fue una decisión consciente de México que le impulsó a una mayor apertura económica, a modernizar su marco legal y transitar hacia una política fiscal y monetaria responsable, añadió.
El presidente de la Asociación comentó que México es un país que pertenece a Latinoamérica y como tal comparte su rica cultura, idioma y estructuras sociales, además enfrenta problemas sociales como la pobreza y desigual distribución de la riqueza.
Las empresas alemanas con sus 11 mil 200 millones de dólares, ocupan el tercer puesto en el ranking de inversiones extranjeras en México.
Por delante están Estados Unidos y España, según datos de la Asociación de Empresarios Alemanes con Negocios e Inversiones en Iberoamérica.
Todas las reinversiones e inversiones indirectas se tomaron en cuenta en la cifra anterior, en contraposición con las estadísticas oficiales que solo atienden a la inversión directa.
La gran parte de estas inversiones indirectas se concentran en el sector industrial, dijo el líder empresarial.
?Producir en México significa generalmente producir para todo Norteamérica?, indicó Roessler, ya que para reducir los riesgos de oscilaciones monetarias, se compran los productos semi elaborados de América del norte para conseguir los costes más bajos de envío a la UE.
Esto, según Roessler, aumenta la capacidad competitiva de los productos mexicanos en el mercado europeo.
?No hay que preocuparse por los resultados de las siguientes elecciones en México, ya que las fuertes estructuras democráticas afianzadas en los 80, así como el TLCAN, aseguran que las reglas del juego para las economías privadas no sufrirán cambios?, aseguró.
El inversionista alemán consideró que si México adquiere un papel más activo se convertirá en uno de los poderes económicos del mundo y, en este caso, se preguntó ?¿por qué no pertenecer a los países del Grupo de los Ocho G-8, convirtiéndose entonces en G-9??.
En análisis
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) pidió al Gobierno Federal invertir en infraestructura física y capital humano, así como crear mejores prospectos de empleo, a fin de mejorar el bienestar de la población.
El organismo asesor en materia económica del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) expone que de acuerdo con los resultados preliminares del II Conteo de Población y Vivienda 2005, la población mexicana es de 103.1 millones de personas, con una tasa de crecimiento promedio de uno por ciento.
El bajo crecimiento de la población confirma que México está en las etapas avanzadas de la transformación demográfica, lo cual implica un cambio de la pirámide poblacional y la reducción en el índice de dependencia, señala.
Explica que la transformación de la pirámide estriba en el crecimiento mayor de la población en edad de trabajar en comparación con otros grupos de edad, el llamado bono demográfico. Si el cambio demográfico es ?administrado? acertadamente puede resultar positivo, debido a que una menor tasa de crecimiento de la población, junto al bono demográfico, es una oportunidad para elevar el crecimiento económico y revertir los niveles de pobreza, argumenta el organismo.
Sin embargo, advierte, el problema es que dicha ventana sólo puede durar dos o tres décadas, previo al momento en que comiencen a retirarse crecientes números de personas del mercado laboral. Por ello, ?en el periodo de transición, es fundamental que los gobiernos inviertan en infraestructura física y en capital humano y crear mejores prospectos de empleo, para mejorar la probabilidad de éxito del bono demográfico?.
En su análisis semanal, el CEESP reitera que ese bono por sí mismo no elevará el crecimiento económico ni reducirá la pobreza, además que desaprovechar las bajas tasas de natalidad actuales derivará en una mayor población adulta en necesidad de atención.
?Políticas públicas acertadas, como la de flexibilizar el mercado laboral, desregular los mercados de insumos, incentivar la inversión y el ahorro y mejorar la calidad de la educación y los servicios de salud, son esenciales para lograr que la creciente fuerza laboral de los próximos años sea más productiva?. Por ello, continúa, urge establecer las bases, con el fin de aprovechar el bono demográfico, por lo que será crucial que el próximo sexenio se establezcan condiciones que permitan optimizar los recursos humanos que tienen México y mejorar el bienestar de la población.