?El nuevo presidente detesta que le quieran imponer puntos de vista y no le importa mucho que
los demás se molesten por su franqueza. Tiene también un alto sentido de la amistad y la lealtad?.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- A Felipe Calderón no le gusta que lo presionen. Detesta que le quieran imponer puntos de vista y no le importa mucho que los demás se molesten por su franqueza. Tiene también un alto sentido de la amistad y la lealtad. Estoy seguro que le duele no tener a su lado a Juan Ignacio Zavala, quien fue su vocero en la época que fungió como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, pues más allá de ser cuñados, son amigos. Si Felipe escucha a alguien, ése es Juan Ignacio. Pero los tiempos no están como para incurrir en un cuestionable nepotismo.
Por ese sentido de fidelidad, el presidente no dudó en nombrar a sus amigos en puestos estratégicos, como a Juan Camilo Mouriño, quien fue pieza clave desde la precampaña, no sólo en términos de estrategia sino también económicos, pues el campechano arrimó recursos al proyecto, procedentes del empresarios del sureste, en momentos en que pocos apostaban por el proyecto felipista. Aitza Aguilar, Alejandra Sota, Alejandra Gutiérrez y Jordy Herrera están en su staff desde la presidencia del PAN en el período 1996-1999 y hoy ocupan cargos de alto nivel de confianza; Maximiliano Cortázar es coordinador de Comunicación Social de la Presidencia y trabaja con Felipe desde la secretaría de Energía. Lo mismo pasa con muchos otros amigos de Calderón, como el propio César Nava, secretario particular.
Felipe Calderón también es desconfiado. Seguro que no va a firmar un decreto sin leer su contenido, ni va a delegar en desconocidos asuntos vitales del gobierno ni va hacer una apuesta por la gobernabilidad del país únicamente desde la secretaría de Gobernación, por mucho que su titular el ex gobernador de Jalisco Francisco Ramírez Acuña lo haya destapado como precandidato a la Presidencia de la República aún con la oposición del entonces presidente Vicente Fox. Es probable que la mayor responsabilidad de Ramírez Acuña sea la de resolver asuntos de coyuntura, que no son cosa menor, pero algunos nombramientos demuestran que la intención de Calderón por darle gobernabilidad a México es mucho más amplia.
1.- Llama la atención, por ejemplo, que su operadora política durante la campaña, Josefina Vázquez Mota, esté hoy en la Secretaría de Educación Pública. ¿Por qué no alguien con experiencia en el tema educativo? se preguntaron muchos analistas tras conocer el nombramiento. En su mensaje, Calderón dejó en claro que la tarea de Vázquez Mota tendrá un alto enfoque político, habida cuenta de la relación que el titular de la SEP tiene cotidianamente no sólo con los gobernadores de los estados sino, primordialmente, con el poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de Elba Esther Gordillo.
Aproximar al presidente Calderón con los ejecutivos locales después de una difícil confrontación político- electoral y balancear las relaciones de poder con Gordillo, estarán en la agenda de los próximos años de Josefina Vázquez Mota, que son tareas propias de la gobernabilidad. Independientemente de concretar la esperada reforma educativa.
2.- Otro amigo de Calderón, Javier Lozano, tendrá quehaceres de gobernabilidad. Desde la Secretaría del Trabajo, el ex priista y egresado como Calderón de la Escuela Libre de Derecho su responsabilidad será la de acercar al presidente con los Sindicatos de cara a las reformas laborales que podrían ponerse en marcha, en caso de que Calderón de verdad quiera cumplir con su principal bandera de campaña que lo ubicó como ?el candidato del empleo? . Los sindicatos controlan los contratos colectivos de trabajo y tienen en sus manos la posibilidad de emplazar a huelga, de modo que la labor de Lozano no será nada fácil.
3.- Su gran amigo Germán Martínez Cázares, michoacano, socio del desaparecido Carlos Castillo Peraza y Bernardo Graue en Humanismo, Desarrollo y Democracia tendrá entre sus metas poner control en el Gabinete, un aspecto que estuvo ausente durante el Gobierno de Vicente Fox, donde cada más bien había dispersión de objetivos y de recursos. En su relación con los demócrata cristianos de Alemania ?a través de las fundaciones Conrad Adenauer y Rafael Preciado Hernández?, el secretario de la Función Pública tratará de validar a Calderón ante la opinión pública y tomará decisiones drásticas en cuanto al combate a la corrupción y la eficiencia gubernamental. Por si fuera poco, tendrá en su poder los expedientes ?negros? de la Administración Fox y precisamente tendrá la tarea de contrastar los resultados en materia de combate a la corrupción entre ambas administraciones.
4.- Otro caso es el de Juan Molinar Horcasitas, uno de los estrategas estelares desde la precampaña de Calderón. Muchos se preguntaron qué tenía que hacer como titular del IMSS, una institución urgida de sustentabilidad económica, un especialista en temas políticos y no un experto en finanzas públicas. La respuesta quizá sea que en los próximos meses Calderón intentará sacar adelante las postergadas reformas a la Ley del IMSS y para eso necesita un operador político, un amigo de sus confianzas. Un tema preponderante de gobernabilidad.
Macario Schettino, analista político, cree que en el caso de las áreas a cargo de Martínez Cázares y Molinar Horcasitas más bien se van a generar problemas de gobernabilidad. ?Más que ayudar, van a generar conflictos?, considera. Y en el caso del nombramiento de Javier Lozano en la Secretaría del Trabajo, dijo que Calderón no dio una buena señal al colocarlo como responsable de un tema en el que no está familiarizado, habida cuenta que la experiencia de Lozano es en temas de telecomunicaciones, pero probablemente por las presiones no pudo acomodarlo como titular en Comunicaciones y Transportes.
Respecto a Vázquez Mota, coincide en que va a tener un papel de operación política pero opinó que la razón principal de su nombramiento fue que Elba Esther Gordillo estuvo de acuerdo en que ella fuera la titular de la SEP. Sin embargo, dice Schettino, es prematuro evaluar resultados.
Fred Álvarez Palafox, especializado en temas políticos y de Gobierno, comentó que Calderón colocó a quienes hicieron la chamba el dos de julio y en este sentido ?lealtad? es la palabra clave en los primeros 15 días de Gobierno. Señala que Calderón le apuesta a sus amigos en temas de gobernabilidad, pero es muy temprano aún para saber si el presidente acertó en la estrategia.