Terminó la tregua navideña que literalmente impuso el Instituto Federal Electoral y a partir del primer minuto de hoy, los hombres y mujeres que aspiran a conquistar en las urnas el poder en nuestro país, reiniciaron sus respectivas campañas proselitistas. Patricia Mercado recibió el fallo del IFE que le reconoce la calidad de candidata del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, sobre los intentos golpistas del ala campesina y su “Dr. Simi”; el panista Felipe Calderón, reanudó sus anuncios en radio y televisión, mientras el perredista Andrés Manuel López Obrador, empezó a recorrer los municipios más pobres de Oaxaca y el priista Roberto Madrazo seguía hasta anoche sin presentar su declaración patrimonial.
Estamos de nuevo inmersos en la vorágine de la campaña presidencial. Con los márgenes de maniobra cada vez más cerrados entre las tres ofertas con posibilidades reales de acceder al poder –Calderón, Madrazo y López Obrador, sin que el presente orden signifique nada- y con un creciente desencanto ciudadano respecto al manejo de recursos y el tono del debate político, arranca la llamada ruta crítica de los cien días que según los analistas del quehacer político nacional y el histórico comportamiento del electorado mexicano, habrán de inclinar finalmente la balanza en la intención de voto.
Habrá que esperar, entonces, una literal saturación en los medios masivos de comunicación de los mensajes y rostros de quienes se disputan el favor ciudadano. Si es que los hombres que se atribuyen a sí mismos las cualidades necesarias para tomar las riendas de la próxima Administración federal, tienen alguna sensibilidad social y un mínimo de respeto a los reclamos populares, se podría anticipar un cambio sustancial en el nivel del discurso y mayor altura en el debate.
Sin embargo, los referentes cercanos permiten dudar que las ideas y valores, los argumentos y plataformas sean realmente las piezas clave en una disputa en donde, hasta el momento, ha reinado la expresión política de más bajo cuño, las confrontaciones estériles y los golpes bajos, aderezados con las últimas tendencias de la mercadotecnia.
Terminó la tregua y habrá que evaluar, conforme al desempeño de los próximos días, si los partidos y sus candidatos lograron aprender algo.