LA IRA BIEN CANALIZADA AYUDA A LAS PERSONAS.
La expresión socializada de la ira muestra a los otros que algo importante está dañando la relación, y que hay límites que es peligroso transgredir
EL UNIVERSAL/GDA
MÉXICO, D.F.- Ante el horror de la violencia en el mundo, las personas buenas tienen una actitud natural a buscar la paz y a eliminar la violencia, pero no se debería olvidar que la rabia es una fuerza que existe en cada uno y que bien canalizada puede ser una herramienta útil.
Sentirla puede ayudar a registrar cuándo se está siendo maltratado o explotado.
Por ejemplo, Marcia, una niñita de 10 años que había sido socializada para no expresar el coraje, pero además para no sentirlo, era con frecuencia bastante explotada por sus compañeras. Le pedían sus cuadernos y no se los devolvían a tiempo, se comían su lunch y ella no se atrevía a poner límites y menos aún pedir que le convidaran de lo que ellas traían. La represión de sus impulsos agresivos no sólo derivó en falta de asertividad, sino que ni siquiera registraba el malestar que le producía la explotación de la que era víctima.
Al poner el ejemplo de Marcia queda claro que a las mujeres como grupo se les reprime con más fuerza la agresión, con comentarios como "las niñitas no pelean" o bien "tienes que querer a tu hermanita y no discutir con ella".
Sin represión
Con frases como éstas, vamos socializando no sólo para no agredir, que estaría bien, sino también para no sentir la rabia, lo que no es bueno, porque se puede desarrollar una tolerancia excesiva a los abusos y a la agresión sin defenderse. Niños con estas características de personalidad suelen ser víctimas con frecuencia del hostigamiento de sus iguales.
Otras veces la represión del coraje puede asumir como expresión una forma pasiva-agresiva, personas que con su resistencia pasiva pueden ser enormemente agresivas.
En realidad no agreden, pero bloquean todos los esfuerzos de cambio. Cuando se siente enojo, hay una advertencia de que algo no es justo y que no está funcionando bien.
La expresión socializada de la ira muestra a los otros que algo importante está dañando la relación, y que hay límites que es peligroso transgredir. Es como encender una luz roja.
Un ejemplo de cómo la rabia puede ayudar en la toma de decisiones es lo que le sucedió a Nadia. Ella, que era una adolescente de 17 años, estaba muy enamorada de un muchacho, que era poco fiel y en varias ocasiones había traicionado su confianza. Nadia había sido socializada por una madre sumisa y un padre autoritario, el que con frecuencia tenía maltrato verbal con su mujer, a través de una actitud descalificadora.
Cuando la madre tomó conciencia que, de alguna forma, su hija estaba repitiendo el patrón de ella con los hombres, acudió a terapia y de pronto ambas tomaron conciencia de que tanta negación de la agresión llevaba a la adolescente a aceptar comportamientos intolerables. Ella pudo tomar la decisión de romper con su novio, pero, lo más importante, aprendió a registrar su coraje, que a veces es legítimo expresarlo y a entender que es necesario poner límites.
Así como algunos niños deben aprender a controlar sus rabias, otros deben aprender a expresarlas poniendo límites.