Concluidos los periodos de registro de los candidatos a cargos legislativos, -ayer el Instituto Federal Electoral validó la última lista de aspirantes- se han iniciado ya las respectivas campañas. A pesar que ha crecido la importancia del Congreso para la gobernabilidad del país, el desprestigio de sus integrantes hará que una vez más sea menor el número de los votos en la elección legislativa que en la presidencial. En algunos casos, factores específicos disminuirán todavía en mayor medida el interés de los votantes por sufragar para elegir a los ocupantes de curules en San Lázaro y Xicoténcatl.
Por ejemplo, difícilmente se encontrará un panorama tan desolador para los ciudadanos como el que plantea la disputa senatorial en Hidalgo, entre candidatos desvaídos como los de Acción Nacional y otros excesivamente notorios como los de las alianzas por México y Por el bien de todos. El ex gobernador Jesús Murillo Karam rehúsa apartarse de la política, de la que ya obtuvo pingües beneficios y se prepara a volver al Senado, del que fue miembro, sin pena ni gloria, durante dos años, inmediatamente antes que el presidente Carlos Salinas lo enviara a gobernar su estado. Su desempeño público más reciente (no en el ámbito partidario, donde fue delegado priista en las elecciones locales mexiquenses) fue la subsecretaría de Gobernación encargada de la seguridad pública. De sus oficinas salieron a pasto credenciales de empleado de Gobernación como la que permitía a Paco Stanley portar armas, identificación que fue hallada en el vehículo del animador victimado en junio de 2000 junto a evidencias de su adicción a la droga. El enriquecimiento de Murillo Karam es una de las razones de su perseverancia. Ha probado que, como decía el finado Rubén Figueroa Figueroa, la política es una carga muy pesada, pero los fletes compensan el esfuerzo.
Con la peregrina idea de que atrae votos a la causa presidencial (que los genera sobradamente por sí misma) y sin reflexionar en la obviedad de que, al contrario, puede hacer perderlos, el PRD hizo candidato a senador a quien también lo fue ya, antes postulado por el PRI, José Guadarrama Márquez. Si la supusiéramos dotada de buena fe, la dirección nacional de ese partido actuó ingenuamente. Su pretexto para ungir a Guadarrama fue que las encuestas lo mostraron muy arriba. No se les ocurrió pensar que tales sondeos hubieran sido trucados, o que la respuesta mecánica obedezca a la prolongada permanencia del alquimista electoral del PRI en la escena pública, y a su capacidad de dispendio financiero, que le ha permitido adueñarse de los mandos del PRD desde mucho tiempo atrás, aun antes de que se le hiciera candidato a gobernador, para la elección del año pasado. Como ahora ocurrirá de nuevo, el pragmatismo que explicaba su postulación por la certidumbre del triunfo, se vio entonces frustrado.
Su compañero de fórmula es tan impresentable como él. Lo aportó el partido de Dante Delgado, Convergencia, del que es presidente estatal. Se trata de Francisco Javier Berganza, un tonadillero que pasó por el PAN (que lo hizo diputado federal y candidato a gobernador, en ese momento con el entusiasta apoyo de Felipe Calderón, que encabezaba el partido) y luego pasó a ser propagandista de Francisco Labastida. Se había retirado de la vida pública (en que sin mérito ni título medró) no por voluntad propia sino porque huía de la justicia, que intentaba procesarlo por secuestro y tentativa de homicidio. La complicidad del Gobierno priista de Manuel Ángel Núñez Soto le evitó ser detenido. Y ahora que una nueva denuncia en su contra debería haber provocado su captura, de nuevo la deliberada desidia del Gobierno priista, ahora encabezado por Miguel Osorio Chong le permite hacer campaña, como si fuera un honrado ciudadano.
Ayer mismo apareció en varios diarios el desesperado mensaje de una víctima del baladista. Es un oficio a la Comisión nacional de derechos humanos, y lo suscribe Laura Guzmán, de Tulancingo, quien dice:
“El día 29 de marzo de 2006 presenté una denuncia penal por escrito ante el c. agente del Ministerio Público de atención a víctimas, de la ciudad de Pachuca... en contra del c. Francisco Javier Berganza Escorza, por los delitos de tentativa de violación y amenazas de muerte en contra mía y de mi familia, motivo por el cual se inició la averiguación previa número....
“El mismo día que presenté mi denuncia, en ese momento la ratifiqué, me tomaron mis generales, me practicaron exámenes médico y toxicológico, ya que con éste queda integrada de manera formal mi denuncia, por lo que procedía ahora realizar las investigaciones correspondientes.
“El caso es que ha transcurrido un mes desde que presenté mi denuncia, sin que el c. agente del Ministerio Público, encargado de integrar la citada indagatoria, haya realizado las diligencias necesarias para el esclarecimiento de los hechos, además de que en varias ocasiones he acudido a solicitar informes sobre el avance de las investigaciones y lo único que he encontrado son puras evasivas, sin que me proporcionen una información precisa y puntual sobre mi asunto”.
La redacción del mensaje y el costo de su publicación induce a suponer que la presunta víctima podría contar con un patrocinio para su difusión. Pero ello no condona la negligencia del procurador de justicia, Alberto Rodríguez Calderón quien desde el 26 de abril dijo que estaba en espera de la orden de aprehensión que presuntamente habría solicitado.