Sacude a la isla de Java un terremoto de 6.2 grados; mueren más tres mil personas.
BANTUL, Indonesia (AP) .- Un poderoso sismo destruyó el sábado numerosas viviendas y hoteles en la región central de Indonesia, matando a más de 3 mil personas y lesionando a otros miles en el peor desastre natural que sacude a esta nación tras los tsunami del 2004.
El terremoto de 6.2 grados de magnitud sucedió a las 5.54 de la mañana, mientras la mayoría de las personas aún dormían, cerca de la ciudad antigua de Yogyakarta, a unos 400 kilómetros al este de la capital, Yakarta.
Tuvo su epicentro a unos 10 kilómetros por debajo de la superficie terrestre, dijo el centro geológico de Estados Unidos.
La actividad del volcán Merapi, uno de los más activos del mundo, se incrementó y un geólogo advirtió que el temblor podría causar una gran erupción. Otro experto, sin embargo, restó importancia a esas preocupaciones.
El fuerte temblor derribó casas, hoteles, un hospital y edificios del gobierno, e hizo que la gente saliera corriendo a las calles. Muchas carreteras y puentes estaban destruidos, obstaculizando los esfuerzos de la población de huir en vehículos e impidiendo que camionetas cargadas de heridos pudieran llegar a los hospitales.
En el distrito de Bantul, uno de los más afectados, los rescatistas intentaban sacar cadáveres de entre los escombros mientras los residentes excavaban tumbas colectivas y pilas de cuerpos esperaban ser enterrados bajo un sol abrazador.
Subarjo, un vendedor ambulante de 70 años, se lamentaba junto al cadáver de su mujer.
"No pude ayudarla", manifestó. "Estaba intentando rescatar a mis hijos ... y la casa se cayó".
El presidente Susilo Bambang Yudhoyono ordenó al ejército que ayudara a evacuar las víctimas y llegó a la densamente poblada provincia de Java, en el centro del país, con un equipo de ministros para supervisar los operativos de rescate. Le pidió también a los residentes locales que no tuvieran miedo a un tsunami.
Dieciséis horas después del sismo, la cantidad de muertos era de 3 mil068, dijo Sopar Saya, funcionario del ministerio de Asuntos Sociales, y agregó que dos tercios de las muertes sucedieron en Bantul.
"El número de víctimas sigue subiendo", señaló Arifin Muhadi, jefe de la división de desastres de la Cruz Roja, quien añadió que había más de 3 mil 400 heridos.
Los médicos trabajaban a marchas forzadas para atender a los lesionados, incluidos cientos de personas recostadas sobre sábanas de plástico, tapetes o incluso periódicos frente a los hospitales repletos. Algunas botellas de suero suministrado a los pacientes debieron ser colgadas de los árboles ante la falta de camas disponibles.
"Necesitamos ayuda aquí", dijo Kusmaruanto, del Hospital Bantul Muhamadiya, el más cercano al epicentro del terremoto. Añadió que tan sólo en su clínica había 39 cadáveres.
Japón y Malasia dijeron que enviarán equipos médicos, y las Naciones Unidas y la Comisión Europea también expresaron que mandarán ayuda de emergencia. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (FAO) y UNICEF ofrecieron asistencia humanitaria y carpas para refugiar a los desamparados.
El temblor sucedió cerca del volcán Merapi, y poco después cayó una gran ráfaga de nubes calientes y piedras por su ladera occidental. Nadie resultó lesionado.
El jefe de geología del ministerio de Energía, Bambang Dwiyanto, dijo que no parecía haber ninguna relación entre los dos fenómenos, pero advirtió que el terremoto podría provocar una erupción más importante.
"Repercutirá en la actividad del monte Merapi, especialmente en la lava de su parte superior", sostuvo.
Un investigador de geología del Instituto de Ciencias de Indonesia, sin embargo, dijo que no pensaba que el terremoto haya sido tan poderoso como para causar una erupción más grande.
El sismo cortó el suministro eléctrico y las comunicaciones telefónicas en algunas áreas.
El sismo causó fisuras en la pista del aeropuerto de Yogyakarta, ciudad donde se encuentra el famoso templo de Borobudur. El aeropuerto permanecerá cerrado al menos hasta el domingo, mientras se revisan las instalaciones, dijo el ministro del transporte Hata Radjasa.
Las autoridades señalaron que desconocen si el templo budista del siglo IX, considerado una de las siete maravillas del mundo, fue afectado por el terremoto. Cerca de allí, el templo Prambanan sufrió cierto daño, pero no se especificó la magnitud.