EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- El tiempo parece que se detuvo en el ejido San Salvador, pues los servicios parecen no llegar a pesar de que muchos presidentes municipales han pasado por sus calles derrochando promesas.
Según comenta Dalila Sánchez, una ama de casa con dos hijos pequeños y un adolescente, las noches pueden resultar un peligro para las familias que ahí viven.
Al parecer, después de las nueve de la noche, los malvivientes se apoderan de las calles y la seguridad de los habitantes se termina a partir de los destrozos que ellos llevan a cabo. Actúan con cierta libertad por la falta de elementos policiacos.
Las peticiones de los habitantes al actual presidente municipal son la adecuación del alumbrado público, arreglo de las calles al interior de la comunidad, material para la iglesia, pero sobre todo, seguridad.
?Ojalá que nos eche la mano el señor presidente en todo esto, porque sí que nos hace mucha falta?, dice Dalila. La comunidad cuenta con agua potable, mientras que el drenaje y otros servicios de plano no existen.
El crecimiento de este poblado ha sido lento, y no se aprecia desarrollo alguno en cuanto a los servicios, pues, las calles no tienen pavimento, no hay drenaje, el alumbrado es deficiente, el agua escasea y carecen de vigilancia.
?Los comisariados que hemos tenido, han solicitado en otros periodos de presidentes velar por el desarrollo de nuestra comunidad y nunca han tomado cartas en el asunto?, manifiesta a su vez Guadalupe Santibáñez, un viejo campesino.
Como en todas las comunidades rurales de este municipio, el señor Guadalupe dice que el campo donde laboraba la mayor parte de los pobladores, ya quedó atrás.
?Esta actividad ya no alcanza para mantener a una familia, así que la gente de aquí trabaja en granjas, establos, una parte en Gómez o en Torreón en las maquilas, aquí hay gente de la tercera edad muy humilde?.
Estancado
En el ejido San Salvador, parece que el tiempo no ha pasado.
Ya que los servicios parecen no llegar.
Los vecinos reportan que las noches pueden resultar un peligro para las familias que ahí viven.
Al parecer, después de las nueve de la noche, los malvivientes se apoderan de las calles y la seguridad de los habitantes se termina.
Las peticiones de los habitantes al actual presidente municipal son la adecuación del alumbrado público, arreglo de los caminos al interior de la comunidad, material para la iglesia, pero sobre todo, seguridad.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón