El Universal
MÉXICO, DF.- "¡Hola! Qué milagro, ¿qué te has hecho estos años?". Este saludo se escuchó con insistencia entre el público durante el debut oficial de Carlos Rivera, el de La Academia 3, en el musical Bésame Mucho.
Las respuestas variaban: "Bien, estoy preparando mi siguiente disco con el maestro Aníbal Pastor", presumía Víctor, de La Academia 1. "Ando en busca de disquera porque Warner me dio mi carta de retiro", señaló optimista Érika de La Academia 3.
"Estoy en teatro infantil con La Sirenita, explicó Hiromi, de la misma generación que el debutante.
Así que la noche dio la impresión de ser una fiesta de generación en la que se reúnen viejos compañeros de escuela para presumir sus mejores ropas y vidas perfectas.
Como toda buena fiesta de generación, el espectáculo en el escenario fue aplaudido sin reparar en los errores y al final, gritaron vivas para su ex compañero Carlos Rivera, orgullosos de que hubiera llegado tan lejos en su carrera artística.
Ninguno de sus amigos y colegas notó que el nerviosismo lo hizo ver tieso en su actuación del primer acto. Que su voz registraba por debajo del resto de la compañía y que su actuación estuvo llena de esos ademanes grandilocuentes que Stanislavski quiso erradicar.
El personaje de Carlos se llama Hugo, un joven moderno que aborrece el bolero por "viejito". Pero en el primer acto también interpreta al trovador yucateco Felipe, abuelo de Hugo. Sin embargo, interpretó a Felipe sin el acento típico de los yucatecos.
Luego de la función, en conferencia de prensa, la directora del musical Lorena Maza explicó: "Decidimos no trabajar en el acento y preferimos enfocarnos en el desarrollo dramático de su personaje".
Respecto al tono de voz, el propio Carlos se defendió: "Mi registro y mi forma de cantar tiene otro tipo de enseñanza diferente al de la obra musical. Nunca había hecho musicales y mi entrenamiento está enfocado a ser cantante, así que la emisión de mi voz es una de las cosas que debo pulir en el futuro".
Mientras Carlos Rivera daba explicaciones, un tocayo suyo, Carlos Cuevas, salía del teatro Telmex por última vez, ya que terminó su participación de invitado que duró aproximadamente dos meses.
Este otro Carlos fue quien recibió los aplausos más estruendosos durante la función. Su interpretación de "Como yo te amé" tiene esa atmósfera envolvente que vino de Cuba y la emotividad que cosechó el bolero en México.
Hubo quien lloró con la estrofa final que dice: "Como yo te amé/ no creo que algún día/ me lo quieras entender./ Tendrás que enamorarte como yo lo hice de ti/ para así saber/ cuánto yo te amé".
