Permanecieron comercios en la obscuridad 30 minutos y optan por cerrar
El Siglo de Durango
Pérdidas económicas generó el apagón que afectó al Centro Histórico la tarde-noche del viernes 29 de diciembre. Con el temor de sufrir algún atraco, sin la posibilidad de utilizar sus sistemas de cómputo ni vigilar que los clientes sustrajeran mercancía, los negocios optaron por cerrar.
Fueron aproximadamente 30 minutos de oscuridad. Entre el frío y la lluvia, los empleados de los diferentes establecimientos permanecían parados en las ventanas de su sitio de trabajo, otros tantos, estaban a la puerta en espera de que regresara la luz.
El servicio de energía eléctrica se suspendió en esta parte de la ciudad aproximadamente faltando 15 minutos para las siete de la tarde. Conforme se testificó por algunos de los comerciantes, el principal temor era que ante las condiciones de vulnerabilidad fueran víctimas de un asalto.
Por las diferentes calles de mayor actividad comercial de la mancha urbana reinaron las penumbras. Gente que caminaba cautelosa se veía pasar. En la Plaza de Armas, sólo una parte de las luces de los árboles estaba iluminada pero el alumbrado público simplemente estaba sin funcionar.
En la calle Constitución, un cajero automático de una sucursal bancaria también se mantenía iluminado, lo cual contrastaba con el panorama general.
Los agentes de tránsito en auxilio de dispositivos fluorescentes agilizaban el tráfico que a falta de semáforos se tornó más complicado.
Conforme lo narraron varios empleados de distintos negocios ?que prefirieron guardar el anonimato- permanecieron inactivos durante casi media hora. En donde había compradores tuvieron que desalojarlos pues no había forma de cobrarles ni de garantizar la seguridad del negocio.
Aunque en algunas zapaterías las empleadas instaban a las personas a que entraran, pues no se había suspendido la actividad del todo, los clientes prefirieron irse ya que simplemente, la visibilidad no era nada buena.
Sólo en un restaurante ubicado en Juárez y 5 de febrero continuó la atención a los comensales. Con velas en cada mesa, el ambiente fue mucho más romántico para algunos de las parejas que allí se encontraban.
Conforme se testimonió, se hicieron bastantes reportes a la línea de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pero el 070 estaba saturado. Hasta ayer ignoraban la causa de este incidente que les afectó en sus ventas.
Coincidieron en manifestar que entre las siete y ocho de la noche hay una buena afluencia de personas en el Centro, por lo que se desperdiciaron valiosos minutos en los que las cajas registradoras reciben bastantes ingresos.
Y el daño fue para todos. Ángel Rodríguez, quien se dedica a vender globos en la vía pública, también tuvo que suspender su labor cuando todo estaba en tenebrosidad.
Por su parte, el agente de tránsito Arturo Sauceda mencionó que el Centro Histórico se convirtió en ?una boca de lobo? y que el tráfico en ningún momento cesó.
A media luz...
La falta de energía eléctrica en el Centro Histórico provocó la pérdida de clientes.
-Al regresar la luz el problema fue el daño que se generó en los sistemas de información.
-Se complicó la realización de pagos y se tuvieron que hacer recibos de manera manual.
-Muchos negocios al ver pasar los minutos en oscuridad decidieron cerrar, otros esperaron hasta que se reestableció el servicio para aprovechar por lo menos una media hora más de venta.
-Algunos comerciantes declararon que ese mismo día por la mañana también sufrieron otro apagón pero no implicó problemas.
-Las gasolineras también suspendieron sus servicios.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
