Miembros de la Iglesia Ortodoxa celebraron su "Sábado de Gloria" en la basílica del Santo Sepulcro, en Jerusalén.
Jerusalén (EFE).- Los feligreses de la Iglesia Ortodoxa griega celebraron ayer bajo estrictas medidas de seguridad su "Sábado de Gloria" en la basílica del Santo Sepulcro de la ciudad vieja de Jerusalén, con la participación de unas 15 mil personas.
Los ortodoxos conocen el sábado previo a la Resurrección como el "Sábado de Fuego", en recuerdo del milagro que anunció la resurrección de Cristo al día siguiente, según la tradición.
Rememorando ese milagro, los clérigos encendieron hoy una lámpara de aceite para luego distribuir el fuego a los feligreses y anunciarles la resurrección.
A la ceremonia del reparto del "fuego sagrado" entre los fieles le siguió una fiesta popular dentro del recinto.
Según la Policía israelí, que custodió las estrechas callejuelas y los accesos a la ciudad, unos 15.000 peregrinos extranjeros y ortodoxos locales tomaron parte en las procesiones y en la misa del Sábado de Fuego.