Señala el cardenal Norberto Rivera Carrera que en nuestro país se tienen las instancias para el diálogo.
Notimex
México, DF.- El cardenal Norberto Rivera Carrera destacó que no será con violencia ni con represión, ni por la línea de la intimidación como se podrán resolver los difíciles problemas que aquejan a México.
Interrogado sobre el conflicto de los trabajadores mineros en la siderúrgica Lázaro Cárdenas, Michoacán, el arzobispo primado de México aseguró que en nuestro país se tienen las instancias para el diálogo.
?México tiene las instancias para el diálogo, y yo creo que es el camino con el cual se puede salir de esta situación tan difícil, porque no va a ser por el camino de la violencia, ni por la línea de la intimidación, ni por la línea de la represión por donde se resuelvan los problemas?, dijo.
Entrevistado después de la su homilía dominical en la Catedral Metropolitana, Rivera Carrera opinó que los hechos violentos ocurridos en días recientes son expresiones que no sirven para nada a México ni a los mexicanos, ya que esa violencia no conduce a nada.
Abundó el cardenal que las situaciones de violencia no sólo afectan a quienes la padecen sino a todos los mexicanos, porque ?de alguna manera la gente se asusta, y con toda razón se llena de miedo al ver esos acontecimientos?.
Agregó que el caso del narcotráfico es fuerte y grande en muchas partes, pero que eso no quiere decir que las autoridades hayan quedado rebasadas, ni que las instituciones mexicanas queden ?hechas polvo? con ese problema. ?Creo que es algo que se tiene que combatir y creo que el Estado Mexicano tiene el poder y las instituciones para combatir este mal que tanto está afectando a la sociedad?, declaró.
El purpurado añadió que se necesita recuperar la misericordia y no sólo guiarse por el ideal de justicia que siempre será bueno, pero ?muchas cosas no se resuelven, muchas veces con justicia hay que aplicar la misericordia, el amor misericordioso?.
Antes en su homilía, el cardenal expresó a los feligreses que asistieron ayer a la catedral que la Iglesia y el mundo tienen necesidad de misericordia, la cual expresa el amor más fuerte que el pecado y que todo el mal en que está envuelto el hombre y su existencia terrena.
