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'Cerca' el Gobierno a familiares de mineros muertos

Cristal Barrientos Torres

El Siglo de Torreón

Torreón, Coah.- Humberto Moreira Valdés, gobernador de Coahuila, impuso un ?cerco? alrededor de los familiares de los 65 mineros muertos en la mina Pasta de Conchos, denuncia Carlos Rodríguez Rivera, sacerdote jesuita, quien asegura que los tutores asignados a los deudos, se han convertido en vigilantes, de tal manera que no pueden hablar con la prensa, ni con organismos en defensa de los derechos humanos, y tampoco se pueden organizar entre sí.

Carlos Rodríguez Rivera, coordinador general del Centro de Reflexión y Acción Laboral, dice que tuvieron que quedar 65 mineros sepultados bajo tierra, para hacer visibles las condiciones en las que trabajan.

El sacerdote jesuita va más allá al asegurar que -teniendo como referencia el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales- encontró múltiples violaciones a los derechos humanos y laborales en la mina Pasta de Conchos.

?No sólo creemos que fue una tragedia humana, sino que es una crisis de derechos humanos. Las violaciones son al derecho al salario suficiente, al derecho al empleo estable y al derecho a la seguridad e higiene?.

Carlos Rodríguez Rivera se especializa en derechos humanos-laborales, y desde los primeros días de la tragedia -en coordinación con Raúl Vera, obispo de Saltillo- se presentó en Pasta de Conchos, para registrar los testimonios de las familias de los 65 mineros muertos, además de realizar entrevistas a trabajadores de otras empresas de la región.

En la zona de la tragedia, se encontraron diversos elementos críticos por la falta de seguridad: la mina tenía serios problemas de ventilación, y al carecer de un buen sistema es difícil controlar el gas; la empresa no tenía red de hidrantes, camillas, botiquines, caseta ni salida de emergencia, ni rutas de evacuación, entre otras omisiones.

Dice que el sistema eléctrico tenía serías deficiencias, mismo que databa desde los años ochenta, por lo tanto había chispas y cables expuestos; lo más grave -narrado por los mismos mineros- es que en muchas ocasiones para evitar el paro automático de los equipos de trabajo, éstos eran ?puenteados?.

Ante la falta de las medidas mínimas de seguridad en Pasta de Conchos, Carlos Rodríguez Rivera comenta que la muerte de los 65 mineros no se trató de un accidente, sino de un probable homicidio por negligencia.

?Hay un conjunto de negligencia, sobre todo de la empresa Industrial Minera México, pero también hay dos elementos que nos hablan de la omisión de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, porque la última inspección que hizo a la mina fue en febrero de 2004, un año después, hasta julio de 2005, la Secretaría da cuenta de su inspección; siete meses después la empresa responde a lo que había sido la inspección. La Secretaría tiene como responsabilidad hacer una verificación sobre la inspección?.

que hizo, y ésta fue acompañada de un acta de la Comisión Mixta de Higiene y Seguridad, con la cual el sindicato avalaba lo que estaba ocurriendo adentro, hay una negligencia también del sindicato al no haber urgido que se cumpliera con lo que decía la inspección?.

Motivos

Carlos Rodríguez Rivera dice que el cerco impuesto por Humberto Moreira, tiene como objetivo proteger a la empresa, a la Secretaría del Trabajo y a sí mismo, porque la región carbonífera enfrenta un problema histórico, y la muerte de cientos de mineros revela la inoperancia de los gobiernos, porque no han urgido condiciones de seguridad para los trabajadores.

?Ellos mismos mencionan que trabajar en la mima sí es peligroso, pero los cuatro tipos de riesgo que enfrentan son previsibles?. Dice que la situación se debe analizar del 19 de febrero hacia tras, y ahí es donde se encontrará una negligencia no sólo del Gobierno del Estado, sino del Gobierno Federal a través de la Secretaría del Trabajo, y el sindicato.

El tamaño de la reacción es proporcional al tamaño de la omisión, agrega, porque cuando las autoridades estatales, federales y empresa, intentan hacerse presentes de múltiples maneras en el lugar de la tragedia, es porque saben los errores que cometieron.

?No me parece que haya una presencia humanista ni sensible, sino más bien una presencia que trata de tapar lo que está sepultura ha hecho visible. Es muy paradójico, pero los 65 mineros tuvieron que quedar sepultados para hacer visible al país, las condiciones en las que laboraban?.

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