El País
ROMA, ITALIA.- ?Sé lo dura que puede ser la vida: nací en una pequeña comunidad surafricana donde las cosas eran muy difíciles?, dice Charlize Theron. De cerca, tan rubia y esbelta, no parece la actriz más adecuada para interpretar en Tierra de Hombres (North Country), su último trabajo, a una minera de Minnesota víctima de todo tipo de abusos sexuales.
Resulta perfecta, sin embargo, como lo fue para interpretar a la prostituta asesina de Monster. Como dice, su infancia no fue fácil, y no sólo por lo remoto y tosco de su pueblo: su madre mató a su padre porque éste la agredía. Podría ser una historia más de la cinta.
Tierra de Hombres es una película dura, rodada en el invierno de Minnesota con cientos de figurantes locales. Los personajes trabajan, beben, fuman y sufren entre páramos nevados y gases tóxicos.
?Parece que hayamos cargado la mano en el guión y hayamos exagerado los abusos, los ataques y las situaciones terribles que sufren las mineras, sobre todo Josey; en realidad, las protagonistas de aquella historia me dijeron, después de ver la película, que nos habíamos quedado cortos?, explica Niki Caro. La directora y la principal protagonista de Tierra de hombres presentaron ayer el filme en Roma.
?Puedo entender a aquellos hombres?, comenta Charlize Theron. ?No a los violadores o a los agresores, pero sí a quienes callaban ante la violencia sexual y hacían lo posible para que las mujeres abandonaran la mina. Los hombres necesitaban su trabajo para alimentar a sus hijos, se limitaban a defenderse. No eran malos. En Sudáfrica conocí mucha gente como ellos?.
La hermosa actriz se declara muy tranquila ante su segunda candidatura al Oscar, después de haber obtenido la estatuilla por Monster. ?El Oscar no te cambia la vida, no te lava los platos ni hace tu trabajo por ti; creo, de todas formas, que la Academia de Hollywood tiende a premiar los trabajos difíciles e independientes como este?, indica.
Theron dice que su aldea surafricana también le enseñó algunas cosas sobre el aspecto comercial del cine. ?¿Sabe qué tipo de películas llegaban al cine local? Imagíneselo. Solamente aventuras y comedias de Hollywood. Y nosotros, el público real, el que no vive en las grandes ciudades, íbamos a verlas, todas, siempre?, dice.
La actriz, de 30 años, vive en Los Ángeles con sus cuatro perros y se declara ?la persona más simple del mundo?: ?Me gusta hacer mermelada, descorchar una buena botella de vino, charlar con los amigos y jugar con mis perros; me hace falta poca cosa para ser feliz?.
La injusticia de ser mujer
Dirigida por la neozelandesa Niki Caro, el filme cuenta la historia de un grupo de mujeres que tras una sentencia emitida en 1979 por la Corte Constitucional de Estados Unidos obtuvo el derecho a trabajar en las minas del norte de Minnesota.
Josey Aimes (Charlize Theron) está casada, pero su matrimonio termina y de pronto se ve sola, con dos hijos, sin saber qué hacer. Decide regresar al pueblo donde nació en Minessotta, y ante la visión tradicional de sus padres, no está bien lo que hizo por lo que le recomiendan volver con su marido, pero Josey no lo hará.
Sin lograr nada, Josey encuentra casualmente a Glory (Frances McDormand), quien labora en la mina, un lugar al que a Josey nunca se le hubiera ocurrido ir a buscar trabajo. Convencida por su amiga, de que no hay otro sitio con mejor paga que la mina, Josey decide acudir, no obstante que Glory le advierte que deberá enfrentase a las groserías y desplantes de los hombres que consideran a la mujer no apta para ese trabajo.
Josey aguanta, pero conforme pasan las semanas no sólo debe recibir las bromas de sus compañeros sino el acoso, hasta que decide acusarlos sin encontrar respuesta, incluso de las mismas mujeres que trabajan ahí que de pronto se convierten en enemigas.
Será el abogado Bill White, quien vuelve al pueblo luego de sus propios problemas y desilusiones en Nueva York, quien trate de orientarla para enfrentar el que fuera el primer juicio por acoso de la historia estadounidense.