El accidente deja un muerto y 110 heridos.
EFE
Roma, Italia.- El choque entre dos trenes del Metro de Roma, que ha causado la muerte de una italiana de 30 años y más de 100 heridos, desató ayer la alarma ante el temor de un posible atentado, descartado inmediatamente por las autoridades.
La noticia del accidente en el metro capitalino a las 9:35 horas local y las imágenes de los heridos saliendo ensangrentados de la boca de la central estación de Piazza Vittorio, corrió como un reguero de pólvora e hizo revivir en el país las escenas de los últimos atentados de tendencia islámica contra trenes y Metros en Madrid y Londres.
Poco después, las autoridades informaron que se había tratado de un accidente, lo que tranquilizó a la población, aunque Roma vivió una jornada que añadió más caos al ya tradicional en la capital.
El accidente se produjo cuando un convoy del Metro de la línea A -una de las dos que forman el metro de la capital- embistió a otro que se encontraba detenido en la estación de Piazza Vittorio y con las puertas abiertas para que entraran y salieran los pasajeros.
El convoy, de última generación construido por la empresa española CAF, se empotró literalmente en el último vagón del que se encontraba parado en la estación. Los viajeros que pudieron inmediatamente salir lo hicieron en medio de gritos ?un atentado, un atentado?, según contó Michele Gatti, de 23 años, uno de los ocupantes, que sufre la rotura de una pierna.
?Vimos el humo, después se apagó la luz, todo se llenó de humo y la gente empezó a gritar que se trataba de un atentado?, recordó Gatti.
María Carmela Fiuman, periodista de la agencia política italiana DIRE, que se encontraba en el tren embestido, también pensó en una bomba al sentir el gran ruido provocado por el choque.
Los medios de socorro y los bomberos descartaron inmediatamente que se tratase de un atentado y se empezaron a barajar hipótesis sobre el accidente.
Algunos testigos comentaron que el maquinista del segundo tren, que procedía de la estación anterior de ?Furio Camillo? pudo saltarse un semáforo rojo.
A este respecto, medios italianos aseguraron a últimas horas de ayer que el maquinista del tren se saltó el disco rojo tras recibir la indicación de continuar por parte de la sala de control que gestiona el tráfico del Metro, según se oye, supuestamente, en una grabación que ya está en manos de los investigadores.
El accidente se ha cobrado la vida de una italiana de 30 años y causado heridas a 110 viajeros, de los que seis están muy graves, entre ellos una japonesa residente en Italia que se encuentra en condiciones críticas.
Aunque en un principio se aseguró que también había muerto el maquinista del segundo tren, a media mañana los bomberos lo extrajeron con vida del interior de la locomotora. El hombre fue interrogado por los investigadores.
La única víctima del accidente es Alessandra Lissi, de 30 años, licenciada en Estadística y originaria de la localidad de Pontecorvo, en la provincia de Frosinone, en el Lazio (centro) y que como cada día viajaba a Roma donde trabajaba como investigadora.
Su muerte cayó como un balde de agua fría en la localidad, donde era muy conocida y apreciada, según las numerosas muestras de cariño expresada por amigos, familiares y autoridades locales.
El accidente se produjo el mismo día en el que el presidente de Met.Ro, la empresa que administra el metropolitano de Roma, Stefano Bianchi, denunciara en una entrevista periodística el estado de deterioro de los trenes de la red.
Sin embargo, el ministro de Transportes, Alessandro Bianchi, señaló en una comparecencia en el Parlamento que los dos convoyes que chocaron formaban parte de los 33 nuevos trenes adquiridos recientemente a la empresa española CAF.
