Señala el mandatario colombiano que sólo vislumbra 'un rescate militar' de los plagiados.
AP
BOGOTÁ, COLOMBIA.- El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, se retractó ayer viernes de su interés de realizar un canje de los secuestrados en poder de la guerrilla de las FARC, tras atribuirle el atentado con explosivos en una universidad militar que dejó más de 23 heridos en la víspera.
El presidente dijo que la moderación de su discurso en aras de lograr acercamientos con las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue ?malinterpretado?, por lo que ahora sólo vislumbra ?un rescate militar? de los secuestrados.
Afirmó que la interceptación de una llamada telefónica permitió establecer que el atentado en la universidad militar fue ordenado por Jorge Briceño, alias ?El Mono Jojoy?, uno de los miembros del secretariado de las FARC.
El presidente ordenó a las Fuerzas Militares realizar operativos para ?barrer? con los milicianos que la guerrilla pudo haber desplazado en los poblados de Pradera y Florida, en el suroeste de Colombia, cuyos territorios se proyectaban como una zona de encuentro para negociar el canje humanitario.
El jefe de Estado también canceló la autorización para que el comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, dialogue con las FARC para concretar un acuerdo humanitario.
En poder de la guerrilla permanecen 62 personalidades políticas, militares, policiales y tres estadounidenses contratados para trabajar en el Plan Colombia contra las drogas, a cambio de cuya libertad las FARC exigen que el Gobierno libere a cientos de rebeldes presos.
El mandatario pronunció el discurso, en el que radicalizó su posición, al visitar el área destruida por la explosión de un carro bomba en el corazón de un complejo militar en el norte de Bogotá.
Uribe manifestó que hará una revisión de las medidas adoptadas desde el jueves para proteger de nuevos ataques a Bogotá y pidió a las autoridades de seguridad reactivar todas las redes de informantes para dar con los responsables del reciente atentado.
El Gobierno y el grupo guerrillero habían manifestado en las últimas dos semanas, en forma independiente, la voluntad de buscar un acuerdo humanitario entre las partes.