El Universal-AEE
MÉXICO, DF.- Los primeros cinco años de la década de los años 40 no han podido ser más sombríos para la humanidad. Los horrores que se están viviendo en varias partes del planeta no son ajenos a los mexicanos de nuestros días, aunque la guerra parezca distante. En contraste el auge cinematográfico en nuestro país es espectacular, a pesar de que en 1945 el cine nacional, convertido ya en pujante industria, afrontó grave crisis a causa del cisma en los sindicatos fílmicos.
La euforia productiva se incrementa conforme pasan los años. En 1940 surgen: Flor silvestre, con Dolores del Río; El gran Makakikus, que Joaquín Pardavé estrena en el Cine Palacio. Jorge Negrete protagoniza otra gran producción: Historia de un gran amor, con Gloria Marín de pareja, convirtiéndose en el ídolo del momento. De él Mauricio Magdaleno ha dicho que ?su solo nombre representa, para muchos millones de seres del Nuevo Mundo, un símbolo precioso: del amor, la juventud, el sueño y la música romántica de México?.
El siete de diciembre de 1941, por la mañana muy temprano, se produce un ataque japonés, sorpresivo, combinado de areoplanos y submarinos sobre Pearl Harbor, provocando desastre total en la famosa base militar de EU. En México continúa la euforia cinematográfica.
En 1943 Clasa Films lanza Doña Bárbara, que se convierte en el filme sensación del año, con María Félix y Julián Soler. Chano Urueta se consagra como realizador con La noche de los mayas, calificada como ?la más bella y poética cinta hecha en México?. En julio del mismo año llega nueva versión de Santa, con Esther Fernández y Ricardo Montalbán. Con ?¡Música mexicana ciento por ciento!? Pedro Infante, María Luisa Zea y Víctor Manuel Mendoza estelarizan Cuando habla el corazón.
Nace un volcán
El cine musical y de comedia también invaden las carteleras con Internado para señoritas, con Mapy Cortés y Emilio Tuero, así como El Baisano Jalil, con Joaquín Pardavé y Sara García. Jorge Negrete se multiplica para protagonizar una película tras otra como Así se quiere en Jalisco, llevando de compañera a María Elena Marqués. Cantinflas, convertido ya en gran figura lanza Romeo y Julieta, también con María Elena Marqués de dama joven. Todo esto justo cuando en febrero del 43 nace en Michoacán el volcán Paricutín, ante el asombro del mundo.
La Félix, a quien comienzan a llamarle La Doña, por el éxito de su personaje en Doña Bárbara, se convierte en la estrella favorita de los cineastas mexicanos que estrenan varias de sus cintas, entre ellas: La monja Alférez y La mujer sin alma. En marzo de 1944 llega a las salas cinematográficas Dolores del Río con María Candelaria, acompañada por Pedro Armendáriz, cinta que da lauros internacionales al cine mexicano. El famoso torero Lorenzo Garza debuta en el cine con la película Toros, amor y gloria, con Sara García y María Antonieta Pons. Los diarios reportan que ?hasta el pulque está escaseando? como consecuencia de la guerra.
También en 1944 Mario Moreno Cantinflas vuelve con Gran hotel; por su parte María Antonieta Pons, ?la reina de los ardientes ritmos tropicales?, se hace acompañar por David Silva en Balajú. En el terreno musical el hispano Xavier Cugat, es considerado ?paladín de la música mexicana en EU? y el 17 de marzo se estrena México de mis recuerdos, que rompe récords de entrada, con Fernando Soler y Sofía Álvarez.
Filmex y la guerra
El cine mexicano no está ajeno a la lucha bélica en el Viejo Mundo, por ello el 25 de agosto del 44 la productora Filmex publica un desplegado a toda plana festejando ?con entusiasmo la liberación de París?. Se le unen sus artistas exclusivos: Luis Aldás, Sofía Álvarez, Sara García, Mapy Cortés, Andrés Soler, Joaquín Pardavé, Rafael Baledón, Tito Guízar, Jorge Negrete, Gloria Marín y muchos otros.
La barraca, que se convertirá más adelante en el primer filme mexicano galardonado con el premio Ariel, entregado por la recién creada Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas, cumple su segunda semana en cartelera, con Domingo Soler y Anita Blanch en los roles centrales.
Al cerrarse el primer lustro de los 40 Jorge Negrete estrena en septiembre Hasta que perdió Jalisco, con su amada Gloria Marín. Al mismo tiempo María Félix vuelve a las pantallas con El Monje Blanco, de la mano del prestigiado Julio Bracho en compañía de Tomás Perrín. El mismo Bracho estrena Crepúsculo con la que Arturo de Córdova se reincorpora al cine nacional después de trabajar en Hollywood en Por quién doblan las campanas. La cinta es escogida para inaugurar el cine Chapultepec. Negrete se repite una vez más en la cartelera ahora con Me he de comer esa tuna, dirigido por Miguel Zacarías.
El auge del cine mexicano no eclipsa la actividad escénica en nuestro país, en el teatro Iris se presenta Carmen Amaya; en el Arbeu triunfa el mago Fu-Man-Chu, presentando El Ladrón de Bagdad; en el Fábregas sigue el éxito de Lo que hablan las mujeres con elenco encabezado por Ángel Garaza. Más tarde Las leandras, con El Chato Ortín y su compañía, entran también al Arbeu. En la fiesta brava triunfan en grande Lorenzo Garza, Cagancho,Armillita, El Soldado y Procuna.
La Segunda Guerra Mundial continúa en todos los frentes, pero las cosas han cambiado: el 25 de agosto de 1944 se consuma la liberación de París, con la entrada de las tropas estadounidense; los patriotas franceses luchan encarnizadamente cuerpo a cuerpo con los nazis. El 22 de abril de 1945 el Ejército Rojo entra a Berlín y en las calles la gente contempla la derrota. El 30 de abril se suicida Hitler.
Lupe Vélez se arranca la vida
?Lupe Vélez se arrancó la vida?, se lee en la edición de un diario capitalino del 15 de diciembre de 1944. Hecho impactante ha sido el suicidio de la actriz mexicana, conmoviendo a la opinión pública nacional. Según las informaciones cablegráficas llegadas desde Los Ángeles, especifican que Lupe ?no quiso ver mancillado su honor, por el nacimiento de una criatura sin padre?.
Se indica que la ?rutilante actriz dejó conmovedoras misivas a Beulah Kinder, su secretaria y a Harold Ramond, el actor austriaco con quien rompió su relación?. Ramond dijo a los investigadores que no estuvo seguro del embarazo.
El cuerpo fue encontrado tendido en su cama; un frasco de tabletas para dormir a medio vaciar sobre la mesa de su alcoba, así como las notas dejadas por la suicida. En el recado a Harold se lee: ?Que Dios te perdone y también a mí, pero prefiero arrebatarme la vida y la de mi bebé antes de traerlo al mundo de manera vergonzosa?. La autopsia, dijo el forense de la Policía de Beverly Hills, indicó que el alumbramiento debería tener lugar en cinco meses.
La misiva que dejó a su secretaria señala: ?Tú y sólo tú conoces los hechos y la razón por la que me quito la vida. Perdóname y no pienses más en mí. Despídeme de todos mis amigos?.
Se recuerda que día 12 anterior a su muerte, día de la Virgen de Guadalupe, Lupe Vélez lo celebró con una fiesta. Invitó a su casa de Beverly a sus amigos de la colonia mexicana y a una gran cantidad de braceros. Se sirvió mole, tortillas, antojos estilo mexicano y bebida para todos. Desde entonces, se especula, la artista pensó en el suicidio.
Bo Roos, representante de Lupe, reveló más tarde el testamento de la artista, donde nombra a su familia y a su secretaria herederos de sus bienes, calculados en 100 ó 200 mil dólares. En México doña Josefina Vélez de Villalobos, madre de Lupe Vélez, se encuentra delicada de salud al ser enterada de la noticia se quedó muda e inmóvil; se deshizo en lágrimas y exclamó: ?Mi Lupe, mi pobre Lupe, ¿qué locura fue esta? ¿Por qué lo hiciste? ¡Dios mío, perdónala!...?.
