Poco afortunadas resultan las declaraciones del gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, al referirse al muro que será construido por Estados Unidos para impedir la inmigración ilegal a ese país. Para Moreira el tema merece una respuesta banal, al declarar que “sobre un muro de 20 metros habrá una escalera de 21”.
La “ocurrencia” causa poca gracia, sobre todo porque Coahuila es un estado fronterizo, donde en la última década ha aumentado de manera considerable el número de paisanos que intentan cruzar la frontera en busca del “sueño americano”, esto sin contar que la entidad es paso obligado para muchos migrantes centroamericanos.
Actualmente más 35 mil 108 migrantes coahuilenses viven en Estados Unidos, lo que convierte al estado en uno de los principales expulsores de connacionales junto a Guanajuato, Michoacán, Jalisco, San Luis Potosí, Zacatecas y Durango.
Estadísticas del Banco de México establecen que de los 20 mil millones de pesos que recibió el país por concepto de remesas el año pasado, 140 millones provienen de 35 mil 108 migrantes coahuilenses que viven en Estados Unidos.
La migración es un proceso que se encuentra concentrado en el área centro-norte del estado y en una pequeña área del suroeste. La primera región está integrada por los municipios de Escobedo, Abasolo, Juárez, Progreso, Sabinas, Villa Unión, Nava, Morelos, Monclova, entre otros. La segunda región de alta intensidad es la Comarca Lagunera, donde los municipios de Matamoros y San Pedro enfrentan la mayor problemática.
De ahí que el “ingenio” de buscar una escalera más alta resulta una mala apuesta cuando la solución es generar fuentes de empleos que eviten la emigración, por desgracia hasta el momento las grandes inversiones no han llegado al estado.