La Comisión de Árbitros de la Federación Mexicana de Futbol ha confirmado, en voz de su presidente, Arturo Yamazaki Maldonado, la contratación del mentalista José Karlos para trabajar con los silbantes aztecas de cara al ya próximo Torneo Apertura 2006.
Este profesional colaboró en la preparación de Armando Archundia Téllez para el Mundial Alemania 2006, la cual resultó bastante exitosa, y ahora planea ampliar su campo de acción con todos los colegiados.
Me parece que el arbitraje mexicano requiere de mucho más que sólo un mentalista en estos momentos y que deberían priorizar y jerarquizarse las necesidades reales.
Urgen visores que puedan detectar el talento en el futbol amateur e incorporarlo al arbitraje profesional; el llano, como popularmente se le conoce, fue en una época semillero de buenos silbantes y hoy está en el total abandono.
También es necesario llevar a cabo la capacitación de los visores que trabajan en las divisiones inferiores, Tercera, Segunda y Primera A para que las promociones se hagan en base a merecimientos y no a fuerza de amiguismo, relaciones o el tradicional ?dedazo?.
Habría que convocar a un curso para instructores que pudieran llevar su conocimiento a las asociaciones y ligas del interior de la República Mexicana; los árbitros de provincia están ávidos de una adecuada capacitación, y la Comisión centra su esfuerzo en la Convención Anual que resulta una verdadera pachanga, donde en tres días se pretende preparar a más de seiscientos silbantes.
Cada vez es más necesario encontrar preparadores físicos competentes, bien pagados, que orienten y hagan rendir al máximo a los jueces que están en las delegaciones profesionales de la República Mexicana.
En estos lugares, la preparación física, que es parte fundamental en el arbitraje moderno, se deja en manos de ex árbitros que no conocen la metodología del deporte y trabajan en forma totalmente empírica con el grupo de colegiados.
Es indispensable revisar el esquema de pagos en la Federación para que el árbitro gane de acuerdo a la tremenda responsabilidad que maneja; un cuadro de profesionalización que le permita prepararse mejor.
Creo que hacen falta trabajos con sicólogos, sociólogos, entrenadores, periodistas, ex jugadores que amplíen la visión de los jueces en el sector profesional.
Por todos estos ejemplos de abandono en el arbitraje nacional, creo que un hipnotizador es la última prioridad. A menos que Arturo Yamazaki quiera seguir teniendo dormido al Consejo de Dueños.
Es indudable que Armando Archundia tuvo una exitosa participación en la Copa del Mundo Alemania 2006, sólo que no se vale que ahora la Comisión de Árbitros quiera colgarse de su triunfo y ponerse medallas que no le corresponden.
Los actuales responsables del arbitraje mexicano tuvieron poco o nada que ver en el surgimiento y preparación de Armando Archundia; tampoco incidieron en su designación ni capacitación mundialista.
Salir ahora a decir que Archundia le mostró al mundo el nivel del arbitraje nacional es una mentira.
Qué rápido olvidaron el triste papel del torneo pasado y la infame liguilla que tuvieron sus árbitros.
Si ese fuera el nivel estaríamos en presencia de quince o veinte jueces con el nivel de Armando, y la verdad, no contamos ni con tres.
Entre el mentalista y las caravanas con sombrero ajeno nos quieren hipnotizar.
