El uso de agua tibia y de poco jabón, así como una buena hidratación, ayudan a combatir la piel seca.
EL UNIVERSAL-AEE
Hidratar y mantener intacta la barrera cutánea constituye el primer paso para la salud y la belleza de la dermis.
El nivel de hidratación depende del equilibrio entre el agua que posee nuestro organismo y la pérdida de ésta, que se produce por evaporación.
Por eso, la deshidratación se debe tanto a un mínimo consumo como a factores fisiológicos o ambientales.
Algunos factores que causan esta situación son el envejecimiento natural, el aire acondicionado o la calefacción, las condiciones climáticas (sol, frío, viento), el estrés, las alergias, los problemas de la tiroides y el Sida.
Los baños frecuentes o con jabones no adecuados también pueden aumentar la sequedad de la piel, pues alteran la barrera cutánea normal llamada también barrera hidrolipídica.
La piel seca suele caracterizarse por pérdida del brillo y la elasticidad, sensación de aspereza, descamación abundante o visible e irritación. Se presenta comúnmente en piernas, brazos, lados del abdomen y muslos.
Los síntomas son, entre otros: descamación, rasquiña, fisuras, piel opaca, áspera y poco elástica.
Cuando la piel está muy seca y tiene alterada la barrera cutánea puede causar enfermedades o empeorar las existentes como la dermatitis atópica, la soriasis y la dermatitis de contacto.
El baño, un aliado
El cambio de hábitos a la hora del baño puede ayudar a evitar la piel seca, por lo que los expertos consultados hacen los siguientes consejos:
- Disminuye el tiempo que tomas para tu ducha diaria, que no sea mayor de cinco minutos.
- Utiliza agua tibia (no caliente); abre los poros y dilata los vasos sanguíneos, con lo cual mejora la circulación de la piel.
- Disminuye el uso de jabón en lo posible y limita su uso en la cara, las axilas y los genitales. El jabón en todo el cuerpo se debe utilizar máximo dos días de la semana. Utiliza siempre jabones suaves, en lo posible recomendados por un dermatólogo.
- Sécate bien. La piel se debe secar completamente pero en forma suave, dando golpecitos y no frotando.
- No uses estropajos ni exfoliantes fuertes.
- Utiliza una hidratante. Luego del baño es importante usar un producto hidratante, el ideal es aquel de tipo restaurador cutáneo fisiológico que contiene lípidos naturales de origen vegetal, idénticos a los de la piel normal y no tiene conservantes ni perfumes ni colorantes que causen alergias (hipoalergénico).
Dos tips más
Tu carácter y actitud se reflejan en tu piel. Un buen carácter y una actitud positiva, optimista y alegre, contribuyen a la frescura y salud de la piel, así como de todo el organismo.
El mal carácter y la actitud negativa, temerosa y amargada, producen no sólo más cantidad de toxinas en tu organismo, sino también gestos y posiciones del cuerpo que producen envejecimiento prematuro y arrugas en el rostro.
Exfolia tu piel cuando menos una vez a la semana, especialmente rostro, cuello, manos y brazos. Hay muy buenos productos que te ofrece el mercado, pero también puedes preparar el tuyo mezclando dos cucharadas de azúcar refinada con una de hojuelas de avena y dos de una crema espesa para la piel. Mezcla y aplica con movimientos circulares, tallando ligeramente, para eliminar células muertas. Retira con agua tibia o bajo la ducha. Seca perfectamente y aplica una crema humectante.