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JOHANNESBURGO, SUDÁFRICA.- Un ladrón sudafricano que huye de la escena del crimen se esconde en la jaula de un tigre. En la costa de Sudáfrica, una mujer intenta ser una buena samaritana y empuja a una joven foca al mar, creyendo que la pobre estaba varada.
“La gente no entiende que un animal salvaje no es algo lindo para acariciar. Pueden hacerte mucho daño”, dijo James Cameron, un cazador profesional de Sudáfrica.
En octubre pasado una mujer sudafricana de 49 años intentó ayudar a una foca que ella consideraba varada, y permitió a su nieto de un año acariciar a la criatura. La foca respondió arrancándole la nariz de un mordisco a la mujer.
Las morsas del Cabo son comunes en las costas de Sudá-frica y muchas se han acostumbrado a los humanos. Son una atracción turística popular y pueden ser vistas jugando en el mar a orillas de Ciudad del Cabo, lo que también puede dar la falsa impresión de plácida simpatía.
“Bonitos” cachorros de foca han sido usados como símbolos convincentes por grupos como International Fund for Animal Welfare (Fondo internacional para el Bienestar Animal), aumentando aún más lo adorable del animal.
Sin embargo, pueden ser peligrosos y a veces atacar a las personas que se animen a acercarse, como descubrió por error la sudafricana ahora sin nariz.
en PROBLEMAS
Un ladrón sudafricano cometió el error de encontrar refugio en un recinto que resultó ser el hogar de dos tigres. Él se había escondido en un zoológico después que los guardias de seguridad escucharan los gritos de una pareja a la que había asaltado. Como era de esperar, los felinos lo atacaron hasta matarlo.
Max, un gorila de 200 kilos, saltó a la fama en 1997 después de haber sido herido por un hombre armado que brincó el foso hacia su jaula en el zoológico de Johannesburgo mientras escapaba de la Policía.
El gorila sostuvo al fugitivo contra la pared de su jaula y lo vigiló hasta que llegó la Policía, convirtiéndose así en un héroe popular.