La Federación Mexicana de Futbol es la única en su género constituida contra las leyes y reglamentos del país. Esto es muy grave pues ha sido permitido por los enormes intereses que se manejan al interior sobre todo en la Rama de la Primera División y la Selección Nacional.
Para contextualizar el tema debo comentarle a usted, amable lector, cómo debería conformarse y de hecho como se integra una federación. Cada deporte, supongamos, el remo o el karate se integra en una Asociación Estatal es decir, una por cada entidad federativa; la suma de esas asociaciones deportivas dan por resultado una federación para estos casos.
En el caso que nos ocupa las 32 asociaciones estatales de futbol deberían con su voto constituir la Federación Mexicana de Futbol y aglutinar, coordinar y proteger a los millones de hombres y mujeres que practican este hermoso deporte. Por supuesto que dentro de esa federación tendrá que incluirse al futbol profesional y sus diferentes ramas; la Primera, Primera ?A?, Segunda y Tercera División, con presupuesto propio e independencia estatutaria pero bajo los reglamentos de la federación.
Lo que sucede en México es que son los clubes de Primera División, es decir, la elite y la absoluta minoría quienes dictan las normas para todo el futbol nacional. Para que usted me entienda, basta que diez personas dueñas de clubes le ganen a los otros ocho de los equipos de Primera División una votación en cualquier tema y esto será Ley hasta para el baby fut.
Los federativos atienden la Ley del más fuerte y la del que paga manda, y por ello se pliegan a los deseos de los poderosos dueños de equipos de primera. Insisto en la Primera División porque los votos de las demás divisiones y del Sector Aficionado no hacen mella para echar abajo los acuerdos de la cúpula.
Es por ello que también se mueve la risa el nombramiento de lo que son las supuestas ?comisiones? para atender la buena marcha de los asuntos federativos cuando al frente de dichos órganos está un empleado de los dueños de equipos. Conflicto de intereses, ser juez y parte, servir al poderoso o de plano tener muy poca madre, pero el hecho es que el presidente de una comisión tiene las manos atadas y la conciencia comprada para decidir los asuntos de su competencia.
Quiero poner como ejemplo a la famosa Comisión de Controversias de la FEMEXFUT. Como su nombre lo indica, esta comisión deberá conocer de los conflictos que se susciten en torno a los clubes y sus jugadores; también puede resolver desacuerdos entre dos equipos en torno a la propiedad o el estatus de algún jugador, pero lo más frecuente es que enfrente litigios entre un club profesional y algún futbolista.
Al frente de esta comisión esta el licenciado Francisco Rocha Bandala, quien estuvo ligado al futbol como director jurídico del Instituto Mexicano del Seguro Social cuando éste era propietario del Atlante y del Oaxtepec, del cual fue presidente. Difícil labor tiene para resolver casos como el de Aarón Galindo y Cruz Azul cuando de dar la razón al futbolista implicaría una pérdida millonaria al club que finalmente contribuye a pagar el salario del jurista.
Lo ideal sería conformar un órgano colegiado donde un representante de los jugadores tenga voz y voto. Lo demás, es atender el interés del poderoso.
