EFE
Washington, EU.- Enviar 200 dólares a América Latina cuesta ahora un promedio de 11 dólares, lo que supone una rebaja de casi dos tercios respecto a 2000, debido a la mayor competencia entre las empresas intermediarias, según un informe divulgado ayer.
El abaratamiento de los trámites significa que los inmigrantes se han ahorrado unos cinco mil millones de dólares al año, de acuerdo con el estudio, elaborado por Manuel Orozco, un experto del Diálogo Interamericano, un centro de estudios de Washington.
El Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) encargó el informe y realizará el viernes próximo una conferencia sobre el asunto.
Los más afortunados son los ecuatorianos, a quien el envío de dinero a su familia les cuesta el 3.9 por ciento del monto mandado; seguidos por los peruanos, que pagan el 4.6 por ciento.
En cambio, mandar remesas a Cuba cuesta el 12 por ciento de la cantidad y a la República Dominicana el 6.4 por ciento.
En media, enviar dinero a América Latina (sin contar a Cuba) requiere el pago de 5.6 por ciento del monto remitido, según los datos del pasado diciembre, comparado con el 15 por ciento de antes de 2000.
La bajada no se debe a la buena voluntad de las empresas que tramitan estos flujos, sino a la mayor competencia entre ellas, explica Orozco en su estudio.
Los mayores descuentos se han producido en los envíos a Colombia, Bolivia y Haití.
Las remesas se han convertido en una fuente muy importante de divisas para muchos países de América Latina, región que en 2005 recibió 53 mil 600 millones de dólares de sus residentes en el exterior, de los cuales casi tres cuartas partes llegaron de los Estados Unidos.
El informe refuta la idea de que la mayoría de las remesas se distribuyen en comercios minoristas, como tiendas de abarrotes, colmados o almacenes.
Según Orozco, el 54 por ciento de los fondos se despachan en bancos y otras instituciones de crédito.
Esto significa que todos los meses, unos diez millones de personas acuden a las oficinas bancarias, que aún no han sabido aprovechar la visita para lograr más clientes, según el informe.
Tan sólo un tercio de los receptores de remesas tienen cuentas bancarias.
El gerente del FOMIN, Donald Terry, afirmó en un comunicado que esas instituciones podrían hacer mucho más para aprovechar ese flujo "para brindarle a las familias trasnacionales acceso al sistema financiero formal".
"Pero aún existen ciertos prejuicios culturales, una falta de productos y servicios adecuados, y obstáculos legales y de regulación que impiden que la gente pobre sea bienvenida en el sector financiero", explicó Terry.
