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MIAMI, FLORIDA.- El líder del grupo mexicano Maná, Fher, se sumó a figuras como Luis Miguel y Ricky Martin que deciden invertir sus fortunas en bienes raíces en Florida, al adquirir un lujoso penthouse en la exclusiva zona costera de Sunny Isles.
El intérprete de Vivir sin Aire y Rayando el Sol estará ahora más cerca del cielo y el mar, pues la unidad que adquirió en la torre de cristal Jade Ocean de 52 pisos valorada en 350 millones de dólares tiene 256 unidades, todas con vista al Océano Atlántico.
Aunque no se sabe con exactitud cuánto invirtió el vocalista de Maná, las unidades del Jade Ocean están valoradas de acuerdo a la altura, y van de precios que comienzan en un millón de dólares y los 16 millones de dólares.
Lo que sí está claro es que el cantante adquirió ?uno de los pisos más altos?, aseguró Ana Crsitina de Fortune, vicepresidente de ventas de la firma de bienes raíces Fortune International. ?El Jade Ocean es una sinfonía congelada. Cuando me presentaron el proyecto me quedé pasmado. Me di cuenta que no era un edificio de residencias sino una obra de arte?, comentó Fher en un testimonial firmado tras la compra.
La edificación es una versión más modernizada del Jade original que se encuentra en Brickell en la zona de Miami y en donde tienen sus penthouses otros astros como Luis Miguel, y el piloto de Formúla Uno, el colombiano Juan Pablo Montoya.
El Jade Ocean que aún está en obra negra y que será concluido en 2008, cuenta con apartamentos que van de los mil 90 pies cuadrados el más pequeño hasta los penthouses que tienen diez mil pies cuadrados.
Cuenta con tecnología de punta, con una cocina computarizada, desde la cual a través de una pantalla digital se controlan las luces, música, persianas, y hasta se puede reservar una mesa de restaurante o tener listo el auto en el valet parking. A diferencia del edificio donde vive Luis Miguel, Fher podrá manejar este menú digital a control remoto desde cualquier parte del mundo a través del teléfono celular.
También cuenta con ascensores ?antipaparazzi?, los cuales llegan a un pequeño lobby privado controlado a través de un sensor digital, para evitar cruzarse con vecinos ?chismosos?.